Cuántas veces te has sentido decepcionado por personas que no han llenado tus expectativas, porque muchas veces idealizamos tanto a nuestros seres queridos, formándonos una idea errónea de sus personalidades, porque no les permitimos ser ellos sino una extensión nuestra.
Cuando aceptes a los seres humanos con todos sus defectos y con todas sus virtudes, así tal cual ellos ven la vida, es cuando nada ni nadie, podrá apartarte de su lado. Porque es importante no dar por hecho que ellos actuarán como nosotros, ante diversas situaciones de la vida.
Todos somos iguales, en la medida que somos diferentes. Bella expresión para reconocernos todos iguales porque somos seres humanos, pero diferentes en nuestra manera de percibir las cosas. Porque no existen dos huellas digitales iguales, y de ahí debemos de partir para no etiquetar a las personas, queriendo que actúen como nosotros.
Y luego se nos ocurre blindar nuestra felicidad, dependiendo de los comportamientos de otros, de su tipo de amor y de su tipo de cariño hacia nuestra persona.
Y la verdad no necesitamos a nadie para ser felices, porque la felicidad está inmersa en cada una de nuestras células, siendo ellas mayoría. Razón por la cual no pongas tu felicidad en las manos de alguien diferente a ti. Mejor aprovecha tus ratos de soledad para conocerte cada día un poco más, y de esa manera sabrás que tipo de vida prefieres para ser inmensamente feliz.
Identifica tus hobbies preferidos, y practícalos con mucha regularidad, para llenarte el corazón y el alma, de esa alegría que nunca se termina, donde siempre abundarán los motivos, para ir de la mano con la felicidad que tanto te mereces.
Por eso no te llenes de angustia, vigilando las actuaciones de los demás. Mejor déjalos volar libremente en pos de sus sueños, y de esta manera convergerán con los tuyos, para poder ser armónicos y saludables, en una felicidad que nunca se terminará.
Las personas pueden equivocarse, y cuando esto suceda apóyalos y llénalos de comprensión y abrazos, para cuando a ti te toque equivocarte, puedas recibir lo que siempre has dado, porque la vida es tan sabía, que justo lo que das, eso es lo que recibes.
Recuerda, no necesitas a nadie para ser feliz. Porque la felicidad siempre está dispuesta para ser tu amiga, aún en los momentos más difíciles, en tu diario actuar por la vida. Abrázate, mímate, disfruta de tu café por las mañanas, date cariño y amor, y cuando te sientas bajo de pilas, enchúfate a la corriente y recárgate, para ganarle siempre a esos momentos de depresión, que intentarán sabotear esa felicidad imperecedera.
No necesitas a nadie para ser feliz, porque tú eres único e irrepetible, el ser más maravilloso que existe en el planeta, pero necesitas creerlo y llenarte de buena vibra, para enamorarte de la vida y de tu extraordinaria persona.