No Hay Distancia Cuando Se Habla de Erotismo

Platicaré de un tema cotidiano y antiguo, pero a veces distante; hablo del erotismo, tema que para muchos es escabroso, pero, como dije, cotidiano y antiguo como la vida misma.

Mirando desde las sagradas escrituras, nos encontramos con el libro de Proverbios 5:19, en el que se lee: «Como cierva amada y graciosa gacela, tus pechos te satisfagan en todo tiempo; y en su amor recréate siempre.»

Desde otra perspectiva, analizo, por ejemplo, el arte moderno y al escultor francés Auguste Rodin, de quien se hallan muchas obras en el cuerpo desnudo. Solo por mencionar alguna de sus esculturas: «El pensador», que data de 1881; «Manos de amantes», de 1904; y «El beso», entre 1888 y 1898, estatua seductora que fue inspirada en dos personajes de la Divina Comedia, asesinados por el marido de una esposa infiel que les sorprendió besándose a ambos enamorados.

Menciono estas tres obras para hacer una afirmación con la que muchos no estarán de acuerdo, pero que a mí sí me lleva a afirmar que el erotismo es una condición inherente al ser humano y que definitivamente hay una estrecha relación entre la vida, el arte, el erotismo y la desnudez.

Cuando menciono vida y arte, por supuesto que hablo de literatura, y esta no puede ser ajena al erotismo y la desnudez, pues no es otra cosa que las manifestaciones que posee el cuerpo humano para el placer, el goce, el amor, la sexualidad de la que habla la Biblia y la obra de Rodin.

En armonía con esto, si la poesía es la desnudez del alma por ser la más depurada manifestación de los sentimientos y emociones que puede expresar el ser humano en torno a la belleza, el amor, la vida o la muerte, sin duda es imprescindible que la poesía erótica sea involucrada en la literatura; no pueden ser dos historias diferentes, inevitablemente están interconectadas.

El erotismo es un proceso fisiológico característico de los seres humanos por excelencia; las personas se aparean por placer y no solo con fines reproductivos, por lo que me atrevo a decir que no hay censura para que un escritor o un poeta tenga ninguna limitación al escribir poesía erótica o cualquier tipo de texto literario sobre erotismo.

Es legítimo que la poesía no sea otra cosa que la desnudez del alma del poeta para expresar el placer artístico de los amantes; dicho de otra forma, no hay distancia cuando se habla de erotismo.