Dicen que no existe la falta de tiempo, que existe la falta de interés, porque cuando la gente realmente quiere, la madrugada se vuelve día, el martes se vuelve sábado y un momento se vuelve oportunidad… La verdad es que, ¿quién no ha leído esto por ahí?…
Es más que claro que la falta de interés por parte de alguien, duele mucho y creo que todos al menos alguna vez lo hemos experimentado, hemos sentido que alguien no tiene el mismo sentimiento, compromiso para con nosotros, que no existe el tiempo, la paciencia, las palabras, la compañía, el interés que deseamos tuvieran.
Está por demás el decir que siempre creemos cualquier pretexto que nos ofrezcan, accedemos fácilmente pensando que algún día todo estará bien, o que quizá estamos pensando mal, la verdad es que tratamos de justificar cualquier excusa porque es lo que nuestro corazón quiere tratar de creer y nos aferramos, aunque estamos conscientes en muchas ocasiones que nuestra razón nos grita fuertemente que los motivos son totalmente diferentes.
En el fondo sabemos que estamos perdiendo la confianza, la seguridad, la esperanza y sobre todo el tiempo, pero seguimos en la espera que nos correspondan tal y cómo queremos, pero a veces las cosas no suelen ser cómo uno lo sueña.
Forzamos tanto las situaciones y seguimos detrás de lo que queremos, que se nos nubla el pensamiento y confiamos plenamente en cualquier justificación; que si el trabajo, la familia, los hijos, la casa, el vecino, el perro, el perico… Total que tratamos de creer cualquier tonto pretexto que se nos dé.
Solemos caer en el error de seguir buscando, escribiendo, llamando; lo que sabemos que al final resulta ser una pérdida completa de nuestra dignidad, porque por más esfuerzos que hagamos sabemos en nuestro interior que todo está mal, que no debemos esforzarnos más, que llega el momento de dar un paso atrás y retirarse con la poca voluntad, dignidad, sueños y sentimientos que nos quedan. Nos cuesta creer que existen personas que por más intentos o esfuerzos que hagamos no ocuparemos un lugar, que sólo siguen presentes quizá por reafirmar su ego.
Así que creo siempre llega el momento de dejar de correr detrás de quien no quiere ser alcanzado, creo que todos valemos mucho y que hay decisiones que pueden ser dolorosas, pero más doloroso es aferrarse a alguien que no da señales de buenas intenciones, de lealtad, de compromiso, de interés o de la misma reciprocidad que esperamos.
No nos esforcemos, por alguien para quien somos invisibles, por alguien que no nos tiene entre sus prioridades.
A quien no te llame y no conteste tus llamadas, no le llames. No busques a quien no te extrañe. No extrañes a quien no te busca. No escribas, no te sometas al castigo de la indiferencia que demuestran mensajes ignorados o silencios infundados.
No pierdas más el tiempo con quien no tiene ganas, con quien no tiene el mismo esfuerzo o el mismo interés que estás demostrando; No hay excusas que valgan para el que no quiere y jamás puede.
Deja de esperar cambios, de rogar atención, de pedir tiempo e igualdad; créeme ya llegará ese que te pueda ofrecer lo que tanto esperas, así que ¡ánimo!, la vida no termina con una persona, la vida comienza cuando dejamos de mendigar.
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