No es el AIFA: ¿Qué nos está pasando?

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Los comentarios surgidos tras inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) son la más reciente muestra de la división ideológica que priva en México, un problema social que podría tener consecuencias funestas si no dejamos ya de participar en estos ataques.

Sin la aparente posibilidad de encontrar puntos medios, las opiniones alrededor del tema se limitan a criticar con odio todo lo hecho por el gobierno actual (con una enorme dosis de clasismo incluida) o a aplaudirlo ciegamente como si sus acciones estuvieran realizadas por una divinidad salvadora del mundo (con nula capacidad de autocrítica incluida), como es el caso de la creación del AIFA.

Ante este panorama, cabe hacernos algunas preguntas: ¿Qué nos está pasando? ¿En qué momento el interés por el bien del país se convirtió en la obligación de tomar bandos opuestos? ¿De verdad solo es con él o contra él y no tenemos otro lugar para cuestionar?

En el camino, lo que sucede es que las redes se llenan de ofensas entre simpatizantes y detractores, ya ni siquiera en un afán de debate, sino de simple agresión a todo aquel que no comulgue con nuestras opiniones.
Esto, claro está, impide la menor posibilidad de conciliación, urgente y necesaria para tomar las riendas de un país que día a día reclama de nuestra atención en temas que son sensibles para todos. Hagamos hincapié en el “para todos”.

Si a todos nos interesa que las cosas salgan bien, ¿por qué peleamos? No es atacándonos entre nosotros como vamos a lograr una mejora. No es negando la existencia de la diferencia como vamos a lograr un cambio. No es radicalizando nuestras posturas como llegaremos a la armonía que tanto anhelamos.

¿Cómo empezamos?

Poniendo el foco en lo que realmente importa, no en la urgente necesidad de tener la razón a toda costa, sin aceptar los matices, los puntos medios, los contrapesos. Dejar de esperar que sea el presidente quien ponga el ejemplo de esta actitud y hacerlo nosotros porque nos urge.
En este punto: ¿será posible? Espero, de verdad, que sí. Por el bien de todos.