¿Necesidad de amor?

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Hoy, que sigue latente en la plataforma de Netflix la película “El Estafador de Tinder”, nos ha dejado la enseñanza de que no todo lo que brilla es oro, de que, si existe algo demasiado bueno para ser verdad, puede que sea mentira. Pero díganme, ¿cuántos, cuántas, cuántes de nosotros hemos hecho alguna locura por amor? ¿Cuál ha sido? ¿Estamos conscientes de esa necesidad de amor?

Para esta fecha, el hablar de esta película ya no es un spoiler, así que, en resumidas cuentas:

Simon (El Estafador), se inventa una historia de ser millonario, enamora a mujeres utilizando la técnica de love bombing, y ya en el momento en que la chica se encuentra anclada, él le solicita dinero exponiendo un ambiente de urgencia, por lo cual, la víctima tiene poca probabilidad de negarse; mientras tanto, el estafador utiliza ese dinero para impresionar a su siguiente víctima, este método se conoce como el esquema Ponzi; y bueno, el desenlace no lo tocaré.

Esta película nos deja a todos con varias preguntas como ¿por qué lo hizo? ¿esa persona tiene remordimientos? ¿Por qué estas mujeres confiaron tanto en él? ¿Acaso no vieron las red flags? ¿Y si me hubiera pasado esto a mí? Ufff, que escalofrío.

Aunque la mayoría diría “Yo no haría eso” imaginándose en la misma circunstancia; pero si nos ubicamos en un contexto neutral donde has estado o estás en una relación de pareja, quiero que recuerdes si en algún momento esta persona con quien mantenías una relación ¿te llegó a solicitar algo con lo que no te sentías cómodo/a?, o ¿llegó a pedir algo que a ti no te nacía hacer o darle? (o desde otro punto de vista; tratar de recordar si nosotros/as tomamos ese rol de solicitar).

La inmensa mayoría de las personas hemos accedido a la petición por una carencia y necesidad de amor, todo se resume en esto. Y, es que el ser humano no es perfecto, todos tenemos carencias, creencias de limitaciones, programas ancestrales e historias de vida, que nos han llevado a actuar en oposición a nuestros deseos, solo por una necesidad. Si, exactamente, esa necesidad de afecto.

Las opiniones que generó en las redes sociales, al darse a conocer este caso en la prensa de ese país, se llegó a dividir en:

“Son unas tontas”.

“Son unas codiciosas”.

Expresiones que mostraban pena por ellas de manera empática.

Y, es que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno, que la viga en el nuestro; lo que lleva a nuestra sociedad a alimentar más el hate que a la comunión.

Por lo tanto, para evitar caer en relaciones tormentosas, tóxicas, de dependencia o en manipulaciones, lo que se necesita es autoconocimiento.

En una clase de grafología, ante las insistentes preguntas de las alumnas sobre las características que debe de tener una grafía para ver si la persona tiende a la manipulación, mentiras, egoísmo o a la infidelidad, la respuesta del profesor fue:

—Antes de intentar conocer estas características en su crush o posible pareja, les recomiendo que se conozcan a ustedes mismas, porque así sabrán cual es el punto débil de ustedes mismas, sabrán de que pie cojean, qué es lo que les falta en su autoestima y trabajar en ello, y sólo así, nadie me las podrá manipular o ningunear.

Así que tú, tú que estás leyendo este pequeño artículo, sé equilibrado/a, sé realista, pon límites y conócete; puede que con esto ya no sientas esa necesidad de amor, sino que, fluirá libre y conscientemente.