Nada es como lo ves, sino como lo piensas

¡Qué maravilla es poder desenvolverse en un mundo lleno de alegría, dotado de las más bellas mañanas, me siento plena y en total gratitud con la vida, cada día es un eterno presente que reclama mi atención con la más profunda belleza desde el comienzo del día hasta el inspirado anochecer!

Es un fragmento del aprecio que siento por la vida en esta actualidad tan hermosa que veo y siento, sin embargo, no siempre fue así.

Viví en un mundo como el de Vicente que, de acuerdo a un reconocido refrán: va a donde va toda la gente y esto lo digo por que la mayoría de las personas, no tiene intenciones sobre cómo vivir una vida divertida y maravillosa, sino únicamente se detienen a vivir una vida rutinaria forjada de costumbres que poco a poco van erosionando la alegría de vivir.

Así que, reflexionando un día acerca del rumbo que estaba tomando mi vida, me pregunté, bueno, si nos han dejado como herederos de la inteligencia universal,

¿por qué me sigo comportando como títere al mando de lo que cómodamente he llamado destino?

y bajo esa dubitativa observé que la mayoría de las personas, tienden a hablar de los mismos temas, quejarse de ellos y al final, compartir sus dolencias o sufrimientos al respecto, me di cuenta que si hablaban de enfermedad, esta plática terminaba en una competencia sobre quien sentía más dolor y así con cada tema.

Poco a poco fui comprendiendo que, al seguir los mismos esquemas de queja nociva, iba a terminar en lo mismo.

No es lo que te pasa lo que te define, sino los pensamientos que tienes al respecto. 

Es necesario realizar un balance de tus prioridades y decidir cómo quieres vivir la vida que deseas, tienes el libre albedrío de entrenar a tu mente al éxito o al fracaso, a la alegría o a la tristeza, de ti depende enfocar tus pensamientos.

Con frecuencia escucho a miles de personas en el diario vivir disfrutando de la queja en los diferentes ámbitos de su vida tales como el trabajo, la salud, los alimentos, el gobierno, el clima, etc, y, para ser sincera,  la queja es más fuerte en cuanto a las personas que les rodean: Los hijos, el cónyuge, el jefe, el empleado, el vecino, el maestro…la crítica es infernal en muchos casos que termina rompiendo relaciones sin medidas y, empieza a declinar la esperanza en la humanidad muchas veces ocasionando guerras y ataques destructivos.

La pelea por ganarse el título del “buenito” (víctima) de la historia conlleva a querer derrotar a aquellas ideas que son “malas” para la humanidad poniendo todo el enfoque en ellas para destruirlas sin lograr más que sólo eso, la destrucción.

Todo esto es totalmente innecesario si decides comprender que Nada es como lo ves, sino como lo piensas, el enfoque lo es todo, jamás te preguntaste ¿porqué desde la tierna infancia nos dijeron que estábamos hechos a imagen y semejanza del que lo creó todo? Quizá no era únicamente por el cuerpo físico sino también mental, y que por ende, se tiene la capacidad de co-crear en unión con esta fuerza universal.

Ahora, te dejo un ejercicio, unos minutos antes de acostarte, escribe desde el corazón, cinco cosas por las que estés agradecido y que hayan sucedido durante el día, pónles tu enfoque total y ve a dormir en ese sentimiento. Procura que sea la última actividad que realices y al otro día, disfruta gradualmente, del poder de tu atención. Hazlo diariamente, pronto notarás los resultados y si te gustan sigue practicando si no, deja de hacerlos, aunque te advierto que eso no sucederá.

Es importante y necesario realizar una profunda reflexión acerca de los pensamientos que tenemos acerca de las personas, situaciones o cosas con las que no tenemos muy buena relación con el fin de crecer y darnos cuenta antes de cualquier tragedia. Los pensamientos son sólo pensamientos y se pueden cambiar. Finalmente, creo que nos merecemos pensar bien de los demás y sobre todo de ti mismo, de ti misma. ¿Te unes a la práctica?