En occidente, la comunidad LGBTTTIQ celebra sus victorias, y es que han sido arduas las batallas, sin embargo, seguimos siendo objeto de dilema en la sociedad. En México, por ejemplo, aunque el matrimonio igualitario ya es un hecho -al menos en la CDMX- pero el proceso se ha detenido o aletargado en otros estados y sigue existiendo homofobia. Prueba de ello es el hecho de que durante el sexenio pasado hubo registros en el país de al menos 473 homicidios por odio. Las víctimas fueron mayormente mujeres transexuales, seguidos por hombres homosexuales, lesbianas y mujeres y hombres bisexuales, es decir, nadie en la comunidad queda exento de ser objeto de odio aun cuando vivimos en un país donde las leyes a nuestro favor siguen en proceso de aplicación.
Estas cifras significan que en los últimos 6 años cada semana han muerto entre 1 y 2 personas de la comunidad por cuestiones de odio. Y cabe mencionar que aunque el promedio anual de muertes por homofobia en nuestro país es de alrededor de 80 personas, en el último par de años aumentó hasta 95 y 92 homicidios. Estas cifras son sin duda inquietantes y permiten concluir que a pesar de las batallas que la comunidad LGBTTTIQ ha ganado en México, no ha ganado la guerra.
La lucha global es mayor, porque mientras nosotros exigimos hacer cumplir nuestros derechos, hoy en día al menos 72 países consideran la homosexualidad como un delito. Esto es al menos un tercio del total de países reconocidos por la ONU en el mundo. 22 de ellos prohíben cualquier tipo de exposición pública, 25 prohíbe la creación de ONGs defensoras de los derechos de la comunidad LGBTTTIQ, 45 penan a hombres y mujeres por igual y 8 castigan la homosexualidad con pena de muerte, entre ellos Irán, Arabia Saudí, Yemen y Sudán en todo su territorio, mientras que Somalia y Nigeria en algunas provincias. En Siria e Irak también el Estado Islámico la castiga con la muerte, mientras que Pakistán, Afganistán, Emiratos Árabes Unidos, Catar y Mauritania también permiten la pena de muerte pero sin aplicarla del todo. En otros países como Uganda, Tanzania, India y Barbados la condena por ser homosexual va de 14 años a cadena perpetua y en Libia, Argelia y Marruecos va de 3 a 7 años en prisión.
Es abrumador conocer la perspéctiva mundial de la comunidad LGBTTTIQ, aunque no todas la noticias son malas ya que en 124 países ser homosexual ya no es delito, 22 de ellos permiten el matrimonio igualitario, 28 la unión civil, 26 la adopción entre parejas del mismo sexo y en otros 27 esta se permite si un miembro de la pareja es el padre biológico. Es decir que no todo está perdido, es posible todavía transformar el odio en aceptación dentro de nuestras sociedades. Si somos de aquellos que tenemos deseos de aportar trabajo para lograr cambios, podemos quizá comenzar por investigar sobre las ONGs locales que se dedican a la defensa de los derechos de nuestra comunidad y de ser posible unirnos a las diferentes causas que defienden, algunas brindan asesoría legal, otras se encuentran inmersas en cuestiones de género, combate contra las ITS y otras en cuestiones de educación, entre muchas acciones más.
No hace falta ser parte de la comunidad LGBTTTIQ para apoyar, también pueden educar a sus hijos, evitar hacer uso de palabras como “homosexual”, “lesbiana”, “travesti”, entre otras de manera despectiva, podemos dejar de observar detenidamente a los hombres y mujeres transexules que caminan por la calle, podemos querernos los unos a los otros sin importar la raza, orientación sexual, condición física o religión. ¿Te animas a cambiar el mundo?
Bibliografía consultada:
- Agencia EFE. Junio 19, 2017. Ser homosexal es delito en 72 países y en 8 se castiga con la pena de muerte. www.efe.com
- Coord. Alejandro Brito. Mayo, 2019. Los asesinatos de personas LGBTTT en México: Los saldos del sexenio (2013-2018). www.letrase.org.mx
