Y me vuelves a buscar a casi cuatro meses del final. Con una patética excusa de que necesitas la factura de tu celular, mencionas algo de un robo y yo de la manera más sutil te doy a entender que me importa un carajo lo que suceda en tu vida pues una vez el volver a preguntar cómo te encontrabas fue lo que hizo que cayera hondo, muy hondo y aún ahora me sigo recuperando.
Me encuentro furiosa pues según dicen mis fuentes tienes una novia y le diste MI bolsa y mientras te la pasas de las mil maravillas yo aún trabajo en poder volver a la cima. Quiero verte, quiero ver si eres capaz de volver a mentirme a la cara, pero no vale la pena el riesgo.
Aún crees que dejé a los gatos en la calle, lo cual está perfecto para nosotros, pues no te necesitamos. ¿Por qué demonios me vuelves a buscar? ¿No te bastó con destruir mi autoestima y todo por lo que había trabajado estos años? ¿Quieres ver que tan memorable eres?
Y me buscas cuando por fin había logrado que mi alma se sintiera en paz construyendo mi nuevo hogar ¿Por qué no me puedes dejar en paz?
No volveré contigo jamás, he aprendido mi lección. Me dejaste tumbada en el frío suelo, llorando durante varias noches preguntándome qué fue lo que hice mal, ese dolor no lo vuelvo a soportar por nadie.
Me vuelves a buscar y te he bloqueado una vez más. No puedo cambiarte, no puedo pedirte que me ames, pero puedo elegirme a mí en esta ocasión y no volver a darte el poder de hacerme daño otra vez.
Me vuelves a buscar, pero está vez es todo diferente porque en está ocasión no te dejo pasar de nuevo a mi vida y te vuelvo a decir adiós.
