Todo parecía ir mejor que nunca en todas las áreas de mi vida. Cada situación era perfecta y tal parecería que, definitivamente, el universo estaba actuando a mi favor. Fui a mi consulta médica llena de entusiasmo y con la certeza de que me darían excelentes noticias. ¡No podía ser diferente! justo en esas últimas semanas yo me había estado sintiendo impresionantemente recuperada, fuerte y animada.
Mi médico, basado en el resultado de los estudios más recientes, me mandó un tratamiento que, por el puro nombre, me causó algo más que terror. Aún cuando intenté tomar el asunto con madurez y calma, no puedo negarlo… entré emocionalmente en shock.
Intenté aparentar que estaba en calma y que todo estaba bajo control, sin embargo, nada de eso era cierto y obviamente, la gente que realmente conoce mis emociones, pudo darse cuenta que el miedo se había apoderado de mi fortaleza, de mi razón y corazón.
Recuperé el aliento
Después de la primera etapa del nuevo tratamiento, entendí que el universo seguía actuando a mi favor, que nada estaba fuera del plan perfecto. Simplemente, entré en pánico al tener que enfrentarme a algo para mí desconocido y que me había dejado llevar por la ignorancia y la desinformación.
Por algunos días en que sí resentí los efectos secundarios del nuevo tratamiento, tuve que posponer las actividades que normalmente ocupan mi vida. En ese tiempo cerré cortinas y la puerta de mi casa, puse mi teléfono en modo «no molestar» y mi mayor salida fue a tomar algo de fruta a mi «mágica terraza».
Ese tiempo de descanso y reflexión fue sumamente productivo para mi crecimiento emocional. Tuve tiempo para analizar el pasado, valorar el presente y replantear mi futuro. Definitivamente, fue un momento que necesitaba a solas conmigo misma y la vida me dio la oportunidad de tenerlo.
Lo que aprendí de esta situación
Aprendí que necesitar una pausa, es sólo un breve y temporal alto en el camino, pero bajo ninguna circunstancia puedo considerar la opción de renunciar a mi destino. Ese destino que no es producto del azar ni tampoco es algo ya escrito, sino que es lo que hace vibrar mi corazón, me anima a levantarme cada día y me llena de entusiasmo porque es el destino que he decidido yo.
Aprendí que los momentos complicados, no necesariamente tienen que ser malos. Muchas veces necesitaré fuerza y valor para enfrentarlos, pero siempre, recibir la recompensa será mejor que arriesgarme a perderla.
Aprendí que la información correcta es importante para no dejarme engañar o guiar por creencias falsas. La información correcta da poder y control de emociones. La información correcta siempre será útil para tomar buenas decisiones en cualquiera que sea la situación.
Aprendí que, cuando la vida me pide hacer una pausa en el día a día, es un buen momento para alimentar mi mente de cosas útiles y buenas… y cuando esté tan ocupada que no tenga tiempo para nada adicional, mi primer compromiso, debe ser nutrir correctamente mi mente y mi alma… y si me queda un poco de tiempo, quizá pueda incluso comerme una manzana.
En resumidas cuentas, esta nueva experiencia, me enseño un capítulo más, acerca de cómo puedo vivir mejor.
Que importante es identificar cuando es momento de pausar e ir a nuestro interior, ahí está la fuente de nuestra existencia y creatividad.
Enhorabuena por tu regreso. El universo necesita más de esto.
Muchísimas gracias por tu comentario, por tu apoyo y paciencia.
La Redacción marca un parteaguas en mi vida porque aquí encontré el espacio perfecto para expresarme y quizá, poder decir lo que alguien más necesita también sacar de su interior y no ha encontrado las palabras para hacerlo. Gracias por la oportunidad de continuar.