Me mentiste. Me engañaste. Me traicionaste.
Así me siento hoy, después de haber confiado en ti, después de haber creído en ti, después de haber votado por ti.
Me prometiste cuidar de mí y de mi entorno, de mi familia, de mi comunidad, de mi estado. Me prometiste que harías todo lo posible por protegernos de los desastres naturales, por prevenir las inundaciones, por reconstruir las viviendas, por restaurar los servicios básicos.
Me prometiste apoyarme para crecer y vivir mejor, para tener más oportunidades, para acceder a la educación, a la salud, al trabajo. Me prometiste que impulsarías el desarrollo económico, social y cultural de mi región, que combatirías la pobreza, la corrupción y la violencia.
Me prometiste que contigo todo sería mejor, que tu gobierno sería diferente, que tu proyecto sería transformador, que tu palabra sería cumplida.
Pero me mentiste.
Hoy que esperaba tener tu presencia, tu empatía, tu solidaridad, te escondes cobardemente o pretendes minimizar la situación. Te escudas en excusas baratas, en discursos vacíos, en mentiras descaradas. Te burlas de nuestro dolor, de nuestra angustia, de nuestra desesperación.
Pretendes justificarte entre música y festejos mientras mis hijos y yo no tenemos alimentos, un techo ni agua. Mientras vemos cómo nuestras pertenencias se pierden entre el lodo, cómo nuestras calles se convierten en ríos, cómo nuestras esperanzas se desvanecen entre las nubes.
La esperanza que prometiste es una lamentable farsa. Una ilusión que se deshizo con el viento. Una broma cruel que nos hizo caer en tu trampa.
Un huracán transformó nuestro estado. Arrasó con todo lo que encontró a su paso. Dejó un panorama desolador. Nos puso a prueba como nunca antes.
Pero la transformación que tú ofrecías, es más destructiva que el mismo huracán. Destruye nuestra confianza, nuestra dignidad, nuestra democracia. Nos divide como sociedad, nos enfrenta como enemigos, nos aísla como nación.
Después de todo esto, espero que el pueblo bueno abra los ojos y sea más prudente, a la hora de las próximas elecciones, al decidir por quién va a votar. Que no se deje engañar por falsas promesas, por discursos populistas, por líderes mesiánicos.
Que sepa elegir a quienes realmente nos representen, nos escuchen y nos ayuden. A quienes tengan capacidad, honestidad y sensibilidad. A quienes nos den soluciones, no problemas.