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Una niña quería mucho a su primo, pero él se suicida y la empieza a acosar en sus sueños, quiere que haga lo mismo y lo acompañe porque se siente muy solo, pero en lugar de hacerle caso llega a un acuerdo con él y le hace una promesa para ayudarlo a descansar en paz.

Dicen que cuando la persona es creyente y profesó en vida una fe religiosa se creía que el suicidio era un pecado imperdonable por Dios y que no era digno de pasar al otro lado, por eso su espíritu seguía penando.

Aunque también se cree que cuando tienes un apego materialista o emocional, como en este caso, con algún ser querido no los quiere dejar atrás y busca llevárselos consigo, sin darse cuenta que lo que les está pidiendo es que se quiten la vida.

La siguiente historia nos llegó de manera anónima a nuestro grupo de Facebook Mitos y Leyendas de Monterrey y del Mundo y toca un tema muy delicado como lo es el suicidio y el acoso del espíritu pidiéndole que se vaya con él.

Veamos lo que  nos dice en su increíble historia: “Cuando tenía 9 años falleció un primo al que quería demasiado, él era tan bueno que cuando iba a su casa me defendía de sus hermanos que me molestaban, era una excelente persona, me daba regalos y yo de cariño empezaba a llamarlo «tío».

En ese entonces él tenía 16 cuando partió de este mundo. Fue muy devastador. Un tiempo después la casa de mi tía se prendió fuego accidentalmente, no había nadie absolutamente, todo se prendió fuego, lo único que quedó intacto y limpió fueron sus pertenencias, ropas, fotos, cama de metal pintado de rojo.

Mi tía le dejó de herencia algunas de esas ropas a mi hermano mayor. Él empezó a parecerse más a mi primo con los años. Su cama me quedó de herencia a mí. Tiempo después cuando tenía 14 años yo soñaba mucho con él, en sueños yo aparecía en un cementerio donde lo visitaba y ahí se me aparecía él y me decía que me vaya con él, me incitaba a que haga lo mismo que él (se suicidó) y yo en mis sueños le decía que no, porque yo quería estar con mi familia.

Y así casi siempre los mismos sueños. A veces sin estar dormida escuchaba lamentos en mi pieza, podía escucharlo a él llorar desconsoladamente (estoy muy segura de que era él), eso ya me daba miedo porque me sentía acosada. Una vez él me pidió que fuera mi papá con su hermana a visitarle a la tumba, le dije a mi papá, pero nunca supe si fue o no a visitarlo al cementerio.

Una vez soñé que lo vi casado ya siendo adulto y me acerqué a abrazarlo, yo le decía » te quiero mucho Sergio» pero era como abrazar a la nada misma. Mientras más fuerte lo abrazaba, menos podía sentir su cuerpo. Uno de mis últimos sueños fue cuando yo le dije: Ya no quiero soñar más contigo, si yo voy a visitarte al cementerio quiero que me prometas que no voy a soñarte más. Recuerdo que fue un día nublado, estaba bastante feo el tiempo, viajé sola con 14 años varios km para cumplir mi promesa.

En ese entonces habían remodelado el cementerio. ¿Dónde estaba él? Fue mi pregunta. Lo buscaba y cuando decidí ir a descansar un poco vi a lo lejos que había un tronco, voy para sentarme ahí y miro, y en frente mío estaba su tumba. Me acerco y me puse a llorar recordando los lindos momentos que vivimos, no solo con el sino en familia. La infancia linda que tuve con mi primo preferido. Y antes de irme le digo: Yo cumplí con mi promesa. Espero que tú también lo hagas.

Una mañana tenía el sueño como pesado y cuando me despierto él estaba vestido de blanco y tan hermoso, acostado a mi lado, me abrazaba y yo también, fue ahí cuando sentí su cuerpo, lo abrace tan fuerte y le decía «te quiero mucho y lloraba». Miré hacia arriba como para el techo y había alguien más, también vestía de blanco, pero no le podía ver el rostro a quien lo estaba esperando porque su cara brillaba tanto. Mi primo vino a despedirse.

Actualmente tengo 25 años y nunca más lo volví a soñar.

En este relato, contrario a la creencia popular y lo que ha salido en algunas películas como en más allá de la muerte, en donde el espíritu de los que se suicidan no descansa y siguen vagando o se van al infierno, en este caso parece que sucedió lo contrario y Sergio fue perdonado o tal vez tomó conciencia que lo mejor que podía hacer era seguir su camino e irse con Dios.

Al ver el espíritu hermoso y vestido de blanco y con un acompañante tan luminoso que no se le ve la cara, se cree que es una señal de que el fantasma va a seguir su camino al más allá, los creyentes dirían que se va al Paraíso a disfrutar de la presencia de Dios. ¿Qué te pareció esta historia que tuvo un final feliz?, Déjanos tus comentarios.

Redacción: Manuel “Marroco” Marroquín

27/07/2023

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