Todavía te quiero en silencio Mariana y pareciera ser tan ilógico después de tanto tiempo que ha pasado. Tantas cosas sucedieron desde esa ocasión en que chocamos por accidente, nuestro hilo se enredó pero nunca se unió. Antes de despedirme para siempre déjame que le explique a mi corazón lo que tu eras para mi, y como es que nuestros corazones se separaron.
Sólo quiero quedarme en silencio un rato para poder abrazarte y robarte un beso. Tan fácil es hacerlo en mis sueños y sin embargo despierto y me doy cuenta que ya no hay más espacio para ti Mariana, no en este mundo. Tu cuerpo ha sido enterrado en los poros de mi piel
¡no! Tú no, tú no has dejado de existir.
Yo aún siento a mi corazón latir por el tuyo. Quizás algún día lo entienda y tal vez en ese momento mi vida pierda sentido.
Es preciso decirlo, tan necesario, hoy pienso en ti. Y tu me ves desde arriba desde el cielo…
Tus ojos miran desilusión. Perdóname te he fallado. No soy el de antes, soy negativo, arrogante he perdido el camino.
Y es qué ¿Cómo ser el de antes… sin ti?
He dejado de ser el de antes… soy sólo una máscara un cascarón agrietándose.
No soy nada más que las lágrimas que sólo tú ves.
las flores nunca terminan de florecer y tu eres la flor más hermosa de mi vida y no te he olvidado.
Quizás nunca lo haga.
¿Como olvidar lo que fuimos antes?
Por las noches le hago esta pregunta a mi corazón, con una frecuencia que uno creería que no sería posible amar a alguien de esta manera.
Aún sigo llorando. Te sigo extrañando, aún me faltan mil canciones, mil palabras, mil te amo. Me sigues haciendo falta.
Cómo un cobarde me alejé de ti y ahora que he regresado ya no estás.
Sólo un recuerdo queda y lo que más duele es que es el mío, pues aún hay un corazón latiendo por un mismo sentimiento. Una persona que extraña a su alma gemela.
Quizás sea egoísta pero hubiera preferido tu amnesia y seguir viéndote a ya no verte jamás.
Cualquier historia es capaz de terminar con un adiós. Ya sea porque el amor se acabó o simplemente no funciona. Pero tú siempre serás mi gran amor. Te vas pero mi corazón se irá contigo y yo quedaré muerto en vida, esperando a estar junto a ti Mariana.
Perdón por no visitar tu tumba pero ahí no hay nada para mí, lo que quise fue tu amor y ése está en los pedazos restantes de mi corazón, tu presencia esta junto a mi. Pensé que me había deshecho de estos sentimientos. Pero, te soñé.
En ese sueño me dijiste ‘no llores’ y yo sólo te miraba cerrar los ojos. Han pasado meses reviviendo ese momento noche tras noche, día tras día. Si no lloró, si no brotan lágrimas es porque… sin ti todo acabó.
Quiero pensar en que estas dormida y que algún día yo también dormiré, y que entraremos al mismo sueño, que estaremos juntos tu y yo Mariana, dé nuevo, pues en tu planeta me quedé perdido, en tu amor se quedo mi corazón.
Con el frágil esfumar de tu latir yo deje de vivir.
Tanto amor entre tú y yo, y al final nuestros corazones no fueron compatibles, necesitabas uno urgente y yo no fui el indicado. Tu muerte marcó un final en nuestra historia y hoy me pregunto ¿cómo inmortalizar mi amor por ti en palabras? ¿Cómo escribirlo en hechos? Cómo gritarlo y que mi voz llegue a tu mundo y pueda encontrarte de nuevo. Escribiré en cientos de páginas sobre ti, quizás así tenga la esperanza de que me escuches.
Visite tu tumba, y sí, lloré frente a ella, ya no encontré esa sonrisa tan hermosa como el mismo cielo en su máximo esplendor, tu voz que sonaba como un libre cantar de los angeles ha desaparecido y tu recuerdo me amarga de felicidad.
Quizás algún día acepte la verdad de tu partida. Quizás lo haga sin llorar. Tal vez algún día lo acepté, hasta entonces viviré con dolor ¡puedo hacerlo! ¡y lo haré!
Y aún a pesar de haberte ido mi promesa seguirá más allá de tu partida al cielo. Ya pasó mucho tiempo, y ya la gente no habla de ti, ya no escucho tu nombre.
Al menos no en el aire, porqué en mi mente te repito todos los días.
Ya no te veo, al menos no en fotos o en otras personas. Pero, de mis sueños no puedo sacarte. Todos te están olvidando, yo quiero recordarte, no quiero olvidarte, pero, si dejar de llorarte.
Nuestros sueños son una meta más. Adiós Mariana.