«Que te lleves el sueter porque va a hacer frío», «Que si ya desayunaste», «Que si tiene suficiente pila el celular».
Tus hijos, dejaron de ser niños
Es tiempo de abrir tus manos y permitir que la libertad fluya en tu vida y en la de tu familia. Mamá, date cuenta de que hace tiempo que llegó el momento de que sueltes el control.
Tus hijos ya son adultos, y aún cuando sigan a tu lado, pueden prepararse ellos mismos sus alimentos, lavar sus platos y atarse las cuerdas de los zapatos.
Puedes salir sin miedo, puedes vivir sin remordimientos, te aseguro que ellos pueden sobrevivir sin tu presencia si decides tomarte una tarde para ir a la estética a hacerte un nuevo peinado o salir a caminar por el parque y disfrutar sin invitarles un helado.
Tu esposo en tu compañero, pero no es tu propiedad
Unieron sus vidas para construir juntos un proyecto, para compartir sueños y trabajar en conjunto para hacerlos realidad, no es necesario ni mentalmente saludable que alguno de ustedes renuncie o sacrifique sus deseos en favor de los de su compañero, pues de ser así, entonces significaría que, a la hora de elegir con quien compartir su vida… eligieron mal.
Si renunciaste a tus proyectos, eso no te da ningún derecho a querer controlar y manipular los deseos de papá. Él es tu compañero, no lo trates como si fuera un hijo más.
Si le llevas el café por las mañanas y por las noches le rascas la espalda, que sea por el placer de consentirlo, pero jamás por obligación sumisa, por miedo a que te deje por otra. Deja de actuar como una esclava sexual.
Respeta su privacidad
Confía en la inteligencia de tus hijos, deja de espiar por sus espaldas para saber lo que escriben o ven en su celular. El tiempo de enseñarles a elegir contenidos y amistades correctas fue cuando eran menores, ahora que son adultos, deja que actúen confiando en su inteligencia y con libertad.
Deja de interrogar a tu marido cada vez que sale del hogar, permíte que él te cuente lo que él quiera, que si quiere mentirte, y lo presionas, cada vez aprenderá a mentir mejor. No busques el momento perfecto para revisar su celular, porque además de ser una horrible falta de respeto, encuentres lo que encuentres, al final te sentiras mal porque sabes que lo que estás haciendo no es correcto, no tienes por qué irrumpir su privacidad.
Toma tu propia libertad
Deja de controlar la vida de tus hijos, deja de querer manipular a tu marido, suelta el control de sus vidas y recupera tu propia libertad. Haz aquello que siempre soñaste y que dejaste pendiente por tomar las responsabilidades de esposa y mamá. Termina tus estudios, aprende un nuevo idioma, desarrolla alguna habilidad… Escribe un libro, pinta un cuadro, toma unas vacaciones en la playa o en algún exótico lugar.
Tu esposo y tus hijos saben que los amas, aunque a veces no lo sepas expresar. Ellos saben que cuentan contigo y acudirán a tí cuando necesiten un consejo, una opinión o un momento para estar a tu lado quizá simplemente para salir y caminar.
No los asfixies, no los presiones, suelta el control y déjalos actuar con libertad.