La imaginación de los niños es maravillosa. A veces me pregunto ¿cómo es posible que en esas cabezas tan pequeñitas quepan ideas tan grandes? Un niño puede crear en su mente mundos completos y a su gusto, ellos deciden cómo lo quieren crear, y lo crean y lo sienten y lo viven. Sus mentes tienen el potencial infinito de crear universos igualmente infinitos.
Cuando observas a un grupo de niños jugando o incluso un solo niño jugando, puedes verlo viviendo esa aventura épica que él mismo está creando con su imaginación. Un simple palo de escoba puede ser un vigoroso corcel en el que puede recorrer el mundo entero. Un cucharón de cocina puede convertirse en una poderosa espada para luchar contra el mal y la tapa de una cacerola bien puede ser un mágico escudo protector que lo defenderá de cualquier rayo alienígena y así, ese niño, habrá logrado salvar al mundo tan sólo con su imaginación.
Los niños pueden ser lo que quieran porque lo imaginan, lo visualizan, lo sienten, lo viven.
No sé en qué momento de nuestro crecimiento perdimos esa maravillosa capacidad de visualizar y vivir lo que queremos. ¿En qué momento nos pusimos límites y nos aferramos a ellos? ¿En qué momento dejamos de creer que podíamos lograrlo?
Cuando somos niños, nuestros padres, nuestros profesores y los adultos en general que están a nuestro lado, en su afán por protegernos nos dicen “no hagas, no puedes, no lo intentes” y palabras similares que se van incrustando poco a poco en nuestras mentes. Después crecemos y repetimos el mismo patrón con nuestros hijos o con los niños que tenemos cerca, sin pensar en el daño que esto implica.
Para proteger a un niño está bien que le digas “no te avientes desde ese sillón”, pero si realmente quieres protegerlo, explícale que puede golpearse y que si quiere aventarse desde el sillón, antes debe poner las almohadas necesarias para protegerse de un posible golpe contra el suelo.
Las creencias limitantes te paralizan. Ni siquiera pensarás en un plan para alcanzar tus metas, porque quizás estás escuchando esa voz grabada en tu interior que te dice “no lo hagas, no puedes, ni lo intentes”.
Cuando tomas conciencia de que lo que te está deteniendo son las creencias erróneas incrustadas, puedes tomar acción para cambiar esas creencias conscientemente.
Eres lo que eres y estás en dónde estás por las creencias que has puesto en tu mente. Puedes cambiar lo que eres y puedes cambiar el lugar y la situación en la que hoy estás, cambiando las creencias que pongas en tu mente.
Quizás sea el momento correcto para madurar y pensar como un niño. Recuperar la fe en ti mismo, convencerte de que sí puedes, crear, visualizar, sentir y crear tu mundo, el que tú quieras y como lo quieras, sin límites, ¡es tuyo! ¡diséñalo a tu gusto!
Ya que tengas el diseño de tu mundo perfecto, levántate y comienza a construirlo día a día, bloque a bloque, paso a paso… Con la absoluta confianza de que lo puedes lograr.
Gracias
Es muy cierto…
Saludos, gracias por tu comentario.🌹