Los retos para una nueva normalidad

El tema recurrente en los medios de comunicación y redes sociales es como se regresará a lo que han llamado la nueva normalidad.

He escuchado todo tipo de opiniones sobre el nombre que se le ha asignado hay quienes dicen que le parece bien, otros que les da igual y otros más que les parece ridículo, pero en fin eso queda en el criterio de cada quien y  usted estimado lector, ¿Le agrada el nombre?

Pasando a la idea principal de la nueva normalidad o del desconfinamiento como le han llamado en otros países implica el regreso de forma paulatina a las actividades educativas, comerciales y sociales y evitar una nueva ola de contagios que impliquen un retorno obligado al confinamiento.

En el caso de México, se estableció un semáforo de 4 colores: rojo, naranja, amarillo y verde. Cada entidad federativa ha presentado su plan de acción sobre el tipo de actividades que están o no permitidas en cada paso y como irá transitando de un color a otro.

Todos se basan en el plan presentado en semanas pasadas por la Secretaría de Salud.

En el semáforo rojo, solo se permiten actividades esenciales como servicios de salud, servicios de transporte y logística, venta de abarrotes y farmacias. Hace unos días se integraron la construcción, minería e industria automotriz a los sectores que pueden laborar.

Con lo que respecta al naranja, se empiezan a abrir espacios públicos como los parques, se reabren los servicios bancarios, los restaurantes, hoteles, teatros, cines con un aforo al 30% de su capacidad, retorno de actividades de gobierno que requieran atención al público más las ya incluidas en el semáforo rojo.

Para el semáforo amarillo, se contempla el regreso de oficinas, incrementar el aforo en espacios públicos y en el verde conjuga todas las actividades anteriores más el regreso a clases presenciales en todos los niveles educativos.

Ante este escenario, cada entidad federativa requiere adecuar este semáforo a las necesidades de cada región, el nivel de movilidad entre estados y municipios, la densidad poblacional, el tipo de actividad económica preponderante de tal forma que se pueda apoyar a la recuperación de la mayor parte de negocios en las diversas zonas del país.

Con los cambios que como sociedad se tengan que implementar desde los espacios públicos y privados, todos tendremos que estar comprometidos a su cumplimiento de tal forma que se ayude a evitar contagios masivos y la cifra de hospitalizados en zonas de cuidado intensivo sea el menor posible.

De ahora en adelante en la nueva normalidad, nos tendremos que acostumbrar al uso de cubrebocas, el lavado continuo de manos, la limpieza de espacios de trabajo, evitar en lo posible las aglomeraciones, usar el estornudo de etiqueta y quitarnos malos hábitos que ponen en riesgo no solo de contraer COVID-19, sino también otras enfermedades.

Un tema, que deberá de abordarse a mayor profundidad y que es causante en gran medida del elevado número de fallecimientos en México son las enfermedades que se han asociado al COVID-19, como son la diabetes, hipertensión y obesidad.

Si lo vemos desde el punto de vista de la salud, esta es una oportunidad importante para que como sociedad de vayan cambiando hábitos de consumo que solo están generando una población enferma y véalo desde este punto de vista, aunque el sistema de salud de nuestro país estuviera trabajando al 100% en recursos médicos, tecnológicos, infraestructura y dinero disponible para hacerlo trabajar, esta epidemia de padecimientos ligados a las malos hábitos no se daría abasto para atender a tanta gente enferma.

Así que, si aún tiene días disponibles en esta cuarentena deje el celular, levántese del sillón y al menos camine, brinque, haga una actividad física, desempolve la caminadora o la bicicleta que tiene como perchero, coma de forma saludable, fórmese buenos hábitos tanto en salud y limpieza y verá como en un corto plazo las estadísticas no serán tan negativas y mejorará su salud.

¿Y a usted que le parece la nueva normalidad?