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Me encuentro intentando escribir algo interesante, algo que atrape, en otras palabras, algo que le guste a la gente, pero no lo consigo, hace un rato que mi café esta frio y por mas que me esfuerzo, la pagina de mi procesador de textos sigue en blanco. Para colmo, conforme pasa el tiempo y parece que consigo concentrarme algo llega e interrumpe mi trabajo.


¿De que se trata esta vez?

Bien, al parecer alguien llamó a la puerta para traer un pedido, se trata de FEDEX con un libro que pedí, abro el libro y me siento en el sofá de la sala para comenzar a hojearlo.

De pronto recuerdo que debería estar escribiendo en lugar de estar revisando mi compra. Si, leer es parte fundamental para poder escribir, sin embargo, no es hora de estar leyendo.


Regreso a mi computadora y una vez mas no hago mas que ver el como el cursor de la pantalla parpadea. No tengo nada en mente.


Y a pesar de todo una nueva distracción se hace presente, esta vez se trata de mi hermano, ha tenido problemas con su auto y me pide de favor que vaya a auxiliarlo con mi camioneta.

No me puedo negar a ayudarle, desde niños nos hemos apoyado sin importar lo que suceda, así que oculto mi frustración y le pido que me envíe su ubicación. Tomo las llaves de mi vieja Ford y comienzo a conducir los cincuenta kilómetros que nos separan.


En el camino por algún motivo comienzo a recordar mi adolescencia y me viene a la mente como, durante toda mi vida, cada que intento escribir algo alguien llega o algo sucede y lo que pretendía escribir termina en algún rincón de mi mente donde difícilmente podré recuperarlo.

En ese momento me decido a comenzar este pequeño articulo donde voy a intentar dar un pequeño recorrido sobre las principales inconvenientes de dedicarse a escribir.


– El inconveniente mas cercano, al menos para mi es el celular, ese aparato que la mayoría de las veces termina siendo mas una distracción que una herramienta, y es que aceptémoslo, entre redes sociales, servicios de streaming, servicios de mensajería, o sencillamente nuestras galerías de fotos llenas de memes, selfies, y demás cosas, el teléfono termina siendo más una pesada carga para la concentración que una ayuda.


– El segundo inconveniente es la familia (no en todos los casos, pero si en el mío) les daré un ejemplo, en mi época de estudiante logré ganar un trofeo en un concurso de cuentos en la preparatoria, dicho trofeo me valió un viaje fuera de la ciudad para ir a recogerlo, yo, regrese mas que feliz con dicho premió, y no puedo negarlo, me sentía orgulloso, una marte de mi ya se veía junto a escritores de la talla de Stephen King y ¿Qué fue lo primero que hice al volver a casa con mi premio en la mano?

Probablemente lo que haría cualquier estudiante, mostrárselo a mi madre en un intento porque se sintiese orgullosa de mí, pero lo único que respondió fue “ese cuento lo copiaste de internet”. Obviamente lo negué, me costo mucho lograr esa historia, Mi orgullo estaba herido, a mi hermano lo reconocieron casi de inmediato cuando comenzó a tocar la guitarra y a participar en la preparatoria en varios eventos, mientras que a mi me negaban el reconocimiento por mis creaciones. Mi orgullo quedó desecho, al grado de que por algunos años deje de escribir y es que ¿Qué caso tenía escribir historias y lograr premios si no tenía nadie con quien compartir esa felicidad? Después, en la universidad, gracias a un maestro que a la fecha lo respeto como amigo y catedrático me motivó a reanudar mi labor de escritor.


– Tercer inconveniente: Tus amigos, quizás se deba a algo cultural pero cada que un conocido o amigo se enteran de que en gusta leer y escribir la reacción es siempre la misma. “¡ay! quisiera hacer eso pero no tengo tiempo”, “¿escribir? ¿no prefieres hacer algo mas interesante?”, “¿leer? Eso es para gente con mucho tiempo libre”.

Sobra decir que ahora no no digo a nadie que escribo, casi puede decirse que lo hago a escondidas, como si fuese a hacer algo indebido, algo patético, como orinar en la calle, o a consumir alguna droga.


– Cuarto inconveniente: Todos necesitan de ti en el momento justo que te dedicas a escribir. Casi estoy seguro que a muchos de ustedes les ha pasado, en cuanto comienzan a surgir las primeras líneas en tu procesador de textos, justo en ese instante al repartidor de FEDEX se le ocurre llegar, acto seguido alguien llama a casa o a tu celular, o bien, llega tu hermano, tu novia, tus padres de visita, no importa quien, el caso es que ahora sabes que por las siguientes horas, o por lo que queda de la tarde ya no podrás plasmar esa idea que te parecía tan genial.

Pero, no todo es malo, sin duda alguna hacemos esto porque al final del día estamos enamorados de este oficio, y es que leer y escribir es algo mágico, es como dijo Carl Sagan “la imaginación nos lleva a mundos en los que nunca estuvimos”.

https://laredaccion.com.mx/leer-para-vivir-vivir-para-escribir/antonio-reyes-carrasco/
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