La tercera edad, prisionera de los apagones. Sentada en el mueble color vino, espera impaciente Bélgica, copropietaria de un departamento, en las Torres San José del sur de Quito, en Ecuador. Ella es de la tercera edad y habita en el octavo piso. Se impacienta y mira con insistencia su reloj, faltan cinco minutos para las 12:00, hora en que retorna la luz, luego de seis horas de corte. “Es terrible no puedo ni siquiera salir porque cómo subo si el ascensor está apagado”, enfatiza con voz fuerte.
No es la única. Mercedes y Laura, viven en el mismo piso y también, sus rutinas cambiaron drásticamente con los apagones.
Apagones con la tercera edad
Mercedes vende cosméticos por catálogo, lo hace para ocuparse en el día, hasta que sus dos hijos, vuelvan del trabajo. Sin embargo, desde que empezaron los cortes de luz(apagones) , en septiembre, no pudo salir a visitar a sus clientas, incluso un resbalón le obligó a inmovilizar su pierna derecha. La lesión le provocó una inflamación en su rodilla que sanó luego de ocho días. Este último fin de semana bajó por las escaleras, no había luz, luego de que cumplió con una diligencia retornó hasta la entrada principal del condominio, a esperar que vuelva la energía eléctrica. El temor de Mercedes era que no se cumpla el horario que anunciaron y que le ocurra algo al interior del ascensor. “Hace dos años el elevador se dañó y tardaron dos horas en rescatarme, no quiero que algo así me vuelva a ocurrir”.
Mientras que Laura, se apresuró a tomar el ascensor, llegó temprano, tenía que aprovechar las seis horas de servicio eléctrico. Tenía que bañarse, lavar la ropa, cambiarse, y esperar que su hija la busque. “No puedo estar sola, debido a que uso bastón y si tengo alguna emergencia, no puedo bajar los ocho pisos por los apagones.
“Después de una hora, bajó por el ascensor. “Mi hija es generosa, y me deja estar en su casa, pero extraño mis cosas”.
Estas tres mujeres de la tercera edad sugirieron a la administración de la Torre, que se compre un generador para habilitar el ascensor, sin embargo, esta propuesta no prosperó por el alto costo de los equipos. Así que Laura, Mercedes, y Bélgica, tienen que adaptarse a su nueva cotidianidad, hasta que se solucione esta difícil situación que atraviesa el país.
Los cortes de los horarios, iniciaron con dos horas y se prolongaron con cortes de hasta 14 horas.