Los abuelos son el pilar de la familia, el tronco fuerte que une a todos, las raíces que siempre nos sostiene; cuando los abuelos ya no están a menudo, significa que otros troncos han de surgir para fortalecer otros árboles.
Otras persona pueden verlo como una ruptura de los lazos familiares porque ya no se reúnen con la misma frecuencia en la casa de los abuelos, otros lo verán como la hora de ser ellos quienes se conviertan el tronco de la familia que decidieron formar, claro con el precedente de los abuelos quienes dejaron su legado a las próximas generaciones de la familia.
Es un ciclo familiar que debe permanecer siempre los troncos han de ser fuerte, nutridos y llenos de amor para poder llegar a todas las ramas que conforman su árbol, si a una rama no le llega, ésta comenzará a secarse y poco a poco otras ramas podrían seguirle, haciendo que el árbol poco a poco muera. Valorar a esos seres que ocupan un lugar en especial en los corazones de los nietos e hijos, porque son el ejemplo de los hijos de valores, amor y cuidados; y la felicidad de los nietos.
Un abuelo o abuela no solamente representa ese amor en “exceso” que a veces demuestran hacia los nietos porque siempre los padres piensan que son muy consentidores, más que con ellos mismos, sino que ese amor desbordado es lo que siempre recordarán los nietos, ya sea por las comidas de los domingos o por las reuniones que se realizan en su casa.
Hablarles a los hijos sobre sus abuelos que ya no están con nosotros es ayudar a que ellos permanezcan con nosotros en estas fechas tan representativas.
Reconozcamos la importancia de los abuelos y padres que son nuestro tronco aunque ya no estén con nosotros de manera presencial, su esencia sigue viva en nosotros porque siempre echaron raíces en lo más profundo de nuestros corazones y recuerdos profundos.