Impacientes, obligan a levantarme, pero ni el piso ni yo cedemos, mis manos arañan lo que era mi dulce cama, ¡hago lo imposible para no soltarme de mi!
Un repugnante hedor viene a noquear me, pica en las fosas, como el cristal hiere mi nariz, marea mis sentidos, más la tormenta sigue en pie, reclamo, maldigo, pateo y escupo, nadie entiende, dicen que enloquecí, mientras la pimienta en gas calma la furia que ha venido a crecer en mí.
Un narcótico se pasea por mis raíces, la piel se me eriza, dejo pasar por alto el beso de una jeringa en mi piel, hora me recorre, no me duerme, me embriaga, ¡estoy expuesto como una lombriz a pleno sol!
Suspiro, y el pecho se contrae, los fluidos de mi nariz se adhieren por doquier, soy un fantasma exorcizado, me han sacado del infierno y pretenden darme asilo en el purgatorio, han dormido al demonio, al hombre que llaman loco.
i Soy un abismo que engulle pensamientos decadentes , blasfemias que devoran la carne de los pecadores !
Qué suerte la mía, hay clérigos que contemplan , eructan oraciones como si estuviesen indigestados de licor barato , hombres ilusos, que habéis secuestrado mis ruinas, me llaman un mal! Pero este mal por derecho reclama su humanidad.
Soy un dios! Citado en un cuento de locuras y males, un dios menor, uno que no se encarna ni defeca milagros, uno solitario y demente que no pide ofrendas no oraciones. soy producto de la sociedad, nadie me reclama nadie me desea.
Ahogo gritos chillantes, son gritos tristes, afuera llueve, puedo sentirlo, la fría humedad se trasmina por las paredes, sube por la columna y se impregna a la medula.
¡Ah! Tremenda amiga, ven y ahoga mis penas, llévate todo, ¡carne, sangre y cenizas! Ya no quiero existir, quiero ser su recuerdo, su última lagrima , su último dolor, ¡que en su memoria perdure como fiero recuerdo de amor!
Palabras como un va Y ven, hacen eco, me destierran al pasado, ¡donde clamaban los pensamientos de este dios, donde no era caduco, donde era parte de!
S.J.D. 3/8/19.