Nuestros libros son uno de los bienes más preciados que tenemos en casa, ocupan un
preciado lugar en ella y en nuestras vidas, ya que de ellos nos hemos educado, deleitado,
enseñado y divertido al leerlos, compartirlos o mostrarlos.
Conservar los libros adecuadamente es fundamental para mantener su valor y disfrutar de
ellos durante mucho tiempo, por lo que hay que llevar a cabo una buena planificación en
cuanto a conservación y preservación de nuestros libros. Aquí tienes algunos consejos:
- Evalúa tu colección: Antes de organizar, haz un inventario de tus libros. Decide
qué obras deseas conservar y cuáles podrías regalar o donar. - No expongas los libros al sol: La luz solar directa puede decolorar las cubiertas y
las páginas. Evita colocar estanterías cerca de ventanas sin cortinas o persianas. - Controla la humedad y la temperatura: Mantén tus libros en una habitación con
ambiente estable. La humedad excesiva ondula las páginas, mientras que la
sequedad las vuelve quebradizas. Los cambios constantes de temperatura son
perjudiciales por la dilatación y contracción de sus materiales, por lo que de ser
posible poner nuestros libreros lejos de las ventanas - Etiqueta los estantes: Organiza por orden alfabético, temático o por años.
Etiquetas ayudan a saber qué hay en cada balda. - Regularmente límpiales el polvo: No dejes que se les acumule el polvo, es muy
molesto agarrar y leer un libro que está sucio y lleno de polvo, además de que
maltratan por la suciedad. Límpialos cuando menos cada dos o tres meses. Puedes
pasar un paño seco o una brocha, con un plumero o aspiradora. Si los tienes en
vitrinas cerradas, déjalos respirar adecuadamente. - Revísalos para ver si no están enfermos: al limpiarlos debes de revisar si no
tienen alguna enfermedad como hongos o insectos que se alimentan del papel, si
encuentras alguno aíslalo y ponle solución para evitar que infecte a los demás. - No comer ni beber mientras leemos: Para que no se derrame comida o bebida
sobre ellos o los manchemos con nuestras manos sucias. Antes de leer un libro,
lávate y sécate bien las manos. - No subrayar o escribir en ellos: A menos que utilices alguna técnica o marcador
para resaltar lo importante y si tienes que subrayarlo que sean referencias a la
misma lectura del libro. No le arranques sus hojas porque te encantó o porque odias
lo que dicen. No dobles las esquinas para marcar en donde vas, usa mejor un listón,
tarjeta, un separador, etc. No uses los libros para calzar sillas o mesas o como
portavasos. Tampoco usar pegamentos, objetos gruesos entre las hojas, etc. Existen
infinidad de eventos que se pueden realizar sobre o en el interior de un libro y que
bien pudieran considerarse como actos vandálicos sobre bienes personales. Cuida
tus libros, no los banalices. - Coloca tus libros adecuadamente: Se recomienda colocar los libros de manera
vertical y más o menos por el mismo tamaño para mantener mejor la
encuadernación. No deben de estar muy apretados ni muy holgados, ya que los de
tapas blandas tienden a deformarse, si pones libros arriba de ellos de forma
horizontal asegúrate de que estén sobre una base uniforme y lisa para evitar con el
paso del tiempo la deformación. - Al abrirlos no fuerces los libros: bajo ningún concepto los abras a 180 grados para
que queden planos con el escritorio o mesa ya que se dañaría su encuadernación. Lo
ideal sería abrirlos a 90 o 100 grados aunque no sea una postura cómoda, si lo es
para la salud y bienestar del libro. - Cuida tus libros cuando los saques de tu casa: Los libros son fieles compañeros
de viaje y pueden hacerte buena compañía a donde vallas, pero por favor cuídalos
ya que pueden sufrir graves daños por accidentes o descuidos. Daños como roturas,
rasguños, raspaduras, manchas en las tapas o en el interior de las hojas, doblamiento
de páginas, por lo que se recomienda de ser posible forrarlo o utilizar una funda o
bolsa con cierre hermético para transportarlo y cuidarlo de las inclemencias del
tiempo. Si lees en un parque o campo cuidado con los pájaros o sustancias no
identificadas de flores, árboles, etc. - Nadie cuida sus libros mejor que tú, por eso solo préstalos a personas de
confianza: Aunque lo mejor es no prestarlos ya que mucho se ha dicho que “es muy
tonto el que presta un libro y más el que lo devuelve”, por lo que si no es alguien de
tu entera confianza y responsable, mejor ni lo prestes, cuida tus libros como uno de
tus tesoros más preciados, por lo que no los dejes a la vista, hazles saber a amigos y
familiares que son uno de tus mayores tesoros. No te imaginas cuantos libros me los
han pedido y no me los han regresado y no los he vuelto a conseguir. Por lo que si
quieres desacerté o donar un libro, préstalo a cualquiera.
Se podría hablar mucho más de los libros como por ejemplo como agruparlos, clasificarlos,
organizarlos en secciones, subsecciones, o en cómo aprovechar el espacio de tu casa para
guardarlos; para colocarlos, en donde más los necesites y estén más a mano y a la vista,
pero creo que estas sugerencias básicas te ayudaran a reflexionar un poco sobre tu
biblioteca y su cuidado.
Recuerda además de cuando en cuando conseguir un libro nuevo, donar algunos que no
sean de tu interés o que ya leíste y no volverás a leer. Tus libros son grandes tesoros,
¡cuídalos como se merecen! Y lo más importante léelos y obsequia un Libro.