Levántate y hazlo ahora mismo. ¿Sigues ahí sobre ese sofá esperando a que pase la tormenta? ¿Estás esperando a que la situación mejore para empezar a actuar? Oye!!!!! Que tus proyectos se están empolvando!!! No permitas que el tiempo y la falta de decisión llenen de moho ese magnífico mapa que trazaste para alcanzar tus sueños.
¿Recuerdas con cuánta ilusión comenzaste a trazar la ruta para lograr tus metas? ¡Estabas con el entusiasmo al máximo! Y ahora ¿Qué te sucede?
Es verdad que el efecto del entusiasmo se va apagando… El efecto de haberte bañado por la mañana tampoco dura para siempre… por eso nos bañamos cada día.
De la misma manera, debes recargar tu entusiasmo todos los días. Trabaja cada día para alcanzar tu meta. Avanza aunque sea un poco cada día, ¡pero nunca dejes de avanzar!
Sé proactivo, haz que suceda, haz que cada día valga. Que cuando te vayas a la cama, sientas la satisfacción de haber hecho lo necesario para ese día y quizás un poco más.
Deja de acumular noches de frustración pensando en que ya se te fue otro día sin hacer lo que habías planeado.
En vez de esperar a que la situación mejore para actuar, levántate y actúa para mejorar tu situación y acercarte a la maravillosa meta que está esperando por ti.
Simplemente, recuerda en todo momento que tú puedes hacer que suceda. Así es que: levántate y hazlo ahora mismo.
Las circunstancias quizás provoquen que tengas que ajustar la ruta a seguir… está bien, no pasa nada. Haz los ajustes necesarios y sigue adelante. Nunca abandones tus sueños.
Rendirse no es opción.
Si un día lo soñaste y con la mente y corazón trazaste sobre papel un plan perfecto y magistral para lograr eso que tanto deseas… no puedes rendirte ahora sólo porque los vientos soplan en sentido contrario. Ajusta las velas de tu barca, aprovecha los vientos y sigue adelante.
No esperes, no te tardes, no renuncies… levántate y haz que suceda… ¡levántate y hazlo ahora mismo!