Siempre nos preguntamos por qué nos suceden ciertas situaciones. ¿Acaso serán casualidades o simples circunstancias?
Cada día empieza nuestra vida con un despertar que nos interrumpe de un sueño que, sin mentir, quisiéramos continuar.
¿Será casualidad que en el momento que más relajado al dormir es cuando inesperadamente la alarma te despierta? ¿Será parte de una casualidad o una circunstancia?
He llegado a la conclusión que sólo es parte de una circunstancia: no me despierto por casualidad, sino porque programo la alarma para despertarme.
En el día a día siempre pensamos que encontrar algo que no buscábamos es una casualidad, pero con el paso de tiempo he entendido que son meras circunstancias, porque probablemente en algún momento puse ese objeto en ese lugar.
La casualidad es algo que uno mismo no provoca , algo que llega sin incitarlo.
Cuando te encuentras a alguien que no esperabas ver, es cuando intuyes que es una casualidad ya que tú no provocaste el evento.
Hay que disfrutar cada circunstancia y gozar las casualidades, pues son oportunidades que llegan sin buscarlas.