Existen miles de temas que en ocasiones nos conciernen un poco más a las mujeres y hoy quiero dirigir esta columna sólo para nosotras. Me doy cuenta que a veces nosotras mismas nos saboteamos con miles de preguntas que permitimos queden estancadas en nuestra cabeza y queremos encontrarle respuestas y lo único que no provocan es una autodestrucción interna.
Por lo regular en temas del amor son preguntas sin pies ni cabeza, algunas como: “Nadie se fija en mí”, “no lo voy a lograr”, “soy invisible para él”, “no soy lo suficiente”, “¿que me falta?”, “¿No soy bonita?” y esas dudas nos van llevando a muchas más. La verdad es que son preguntas que nos rondan y no nos permite ver más allá y van perjudicando nuestra grandiosa existencia.
No nos damos esa oportunidad de ver lo mejor que existe en nosotras, nos minimizamos como mujeres por el simple hecho de que alguien nos ignora, que no le llamamos la atención, que para alguien no somos perfectas, que nos falta, que nos sobra y así se van acumulando emociones autodestructivas en nosotras.
Hay que aprender a amarnos cómo somos, por lo que somos, lo que transmitimos, nuestra forma de desenvolvernos, de pensar y de actuar. Nadie en este mundo es perfecto y créanme no debemos exigirnos lo que no somos, lo que no tenemos; somos así tal cual: libres, hermosas, alegres, llenas de energía, de sueños, de ilusiones, de metas. No dejemos que un prototipo de mujer haga eco en nosotras. Siempre habrá alguien que nos encuentre bellas, perfectas, que no quiera restarnos, ni cambiarnos nada.
Les aseguro que aquellos que ven solamente el físico, que encuentran perfección en un pecho prominente, en unas caderas pronunciadas, en unas piernas torneadas, en un cuerpo esbelto; son personas que se dejan llevar por fantasías, emociones pasajeras, pensamientos vánales y huecos; porque creo que lo real, es lo que se ve con los ojos del alma, aquellos que se enamoran de una sonrisa hermosa, de una mirada llena de vida, de pensamientos firmes, claros, reales y positivos.
¡Sí!, posiblemente a muchas de nosotras este tipo de actitudes y pensamientos nos causa baja autoestima, inseguridades, miedos y dudas; pero debemos ser capaces de vencer todo eso; dicen que los hombres son más carnales, visuales, que sentimentales y es más que claro que a veces no se den cuenta de las cosas negativas que causan en nosotras, que estrujan nuestra autoestima, nos carcome el ego y pisotea nuestra esencia.
No, no somos invisibles… Hay que darnos cuenta que somos grandes, mágicas, reales, coloridas, hermosas, llenas de emociones; esperando solo nuestro tiempo y la persona adecuada. Aquellos que se conforman con ver lo bonito, son simplemente personas que no nos llenarían el alma. Seamos nuestras propias amigas, dejemos de sabotearnos, de mendigar emociones, tiempo, momentos y amor; vamos a amar cada espacio de nosotras, seamos capaces de reconciliarnos con nuestro YO interior, con nuestro espejo mismo; recordemos que todo lo vamos creando y somos el reflejo de lo que pensamos, de todo aquello que creemos de nosotras mismas. Seamos positivas y vamos a amar nuestro talle, nuestras cualidades, nuestros defectos, esas cicatrices que da el tiempo, cada marca en la piel, esos cabellos blancos que van apareciendo, ese rostro que con el tiempo va cambiando. No somos perfectas; pero somos ese toque de imperfección convertida en mujer, cambiemos nuestro chip con respecto a nuestros pensamientos, recordemos que lo que pensamos, lo atraemos. Vamos a atraer cosas positivas. Y recordemos que si alguien no ve la chingonería de mujer que somos, es porque no vale la pena nuestro tiempo.
Ánimo mujeres, somos mucho y valemos mucho más, que nadie ni nada nos impida soñar, volar y creer en nosotras mismas. Recuerden que la verdadera belleza es invisible a los ojos de aquellos que no saben apreciar lo mejor.
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