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Recordemos en dónde estamos parados, la tierra, difamada por algunos -quienes la llaman plana-, amada por otros e ignorada por casi todos, tiene una historia muy compleja pero que a todos nos debería interesar, conozcamos más a nuestra madre, la madre tierra, también llamada Gaia.


Esta pequeña roca, comparada con los inmensos astros que pululan en el espacio, tiene tan sólo 4,543 miles de millones de años, un pestañeo, comparado con la edad estimada del universo entero.

Ubicado en un lugar privilegiado, orbitando el sol, esa estrella que odiamos durante el verano, pero que sin ella no estarías leyendo estas palabras, si tan sólo la tierra estuviera un poco más cerca de esta enana amarilla, los océanos se evaporarían, este vapor hubiera capturado la radiación dentro de su atmósfera haciendo de la superficie terrestre un infierno de vapores tóxicos.

Un poco más lejos y el océano se hubiera congelado, la nieve y el hielo reflejarían los rayos del sol y al no retener la radiación solar la temperatura bajaría más y más, convirtiéndose en una bola de hielo.

Es sin duda una suerte estar en el punto justo donde el agua puede estar en sus 3 estados básicos de la materia, líquido, en los océanos y ríos, sólido, en los polos y gaseoso, en las nubes.


Pero la temperatura del planeta no solo depende de ese aro brillante, recordemos que sin la madre tierra no habría vida, pero tampoco habría madre tierra si no fuera por la vida. En su atmosfera existe un balance de gases que mantienen estables las condiciones en su interior, la atmosfera sería imposible si la vida que protege, cada elemento en este laboratorio químico gaseoso cumple con un papel, pero los más importantes son el oxígeno (O) y el carbono (C), no habría vida sin muerte, cuando se descompone la materia esta se convierte en metano y cuando se libera en la atmosfera puede tomar o liberar oxígeno, según sus condiciones.

Cuando se oxida, esto quiere decir, que toma una molécula de oxígeno, el metano se transforma en agua y dióxido de carbono.


Pero la madre tierra no deja nada al azar y para controlar el oxígeno del aíre utiliza las infinitas formas del carbono que la habitan, utiliza las plantas, que en sus células tienen un mecanismo que aprovecha la luz del sol para dividir el dióxido de carbono del aíre, el oxígeno no le sirve, así que lo desecha y el carbono lo conserva para construir las paredes de sus células, para seguir creciendo en búsqueda de la luz del sol, después los herbívoros se comen las plantas, las asimilan y transforman ese carbono en carne, que a su vez es el alimento de los carnívoros que la transforman en su propia materia.

La energía que nos mueve es la energía del sol, transformada por la madre tierra para nutrir nuestros cuerpos.


Pero esto no sería posible sin los océanos, el planeta está cubierto en tres cuartas partes de este invaluable líquido.

Vista desde el espacio parece una apacible canica de color azul, pero si nos acercamos vemos que es un poderoso sistema que lleva agua y energía a todos los rincones de la tierra. Primero, el agua evaporada de la superficie se eleva hasta que es arrastrada con el viento a zonas más frías, donde se condensa y cae en forma de torrentes que le dan vida al terreno en el que cae y moldean la geografía, en su paso forma ríos, rompe piedras, crea cañones y lleva minerales de vuelta al mar que servirán de nutrientes para sus habitantes acuáticos, y este ciclo es interminable.


Dentro de los océanos el movimiento es perpetuo, además de las mareas que provoca la gravedad, nuestro satélite natural, la luna, las tormentas generan un oleaje masivo y las corrientes distribuyen el agua caliente del ecuador a las zonas más frías cercanas a los polos, pero también existe un maravilloso baile gracias a una propiedad que llamamos densidad de la materia, el agua fría sube mientras que la caliente baja, así los nutrientes que caen al fondo del manto oceánico llegan a la superficie, dándole de comer a los pequeños crustáceos, que sirven de alimento para los peces, que a su vez sirven de alimento para peces aún más grandes, algunas aves y otros mamíferos acuáticos, estos ,a su vez, al morir se convierten en los nutrientes que los alimentarán y así eternamente.


La madre tierra no tiene cabos sueltos, todas sus piezas están conectadas y todas tienen una función, como antes ya se mencionó, la vida no es posible sin la muerte, nuestra madre nació para mantener el balance, para hacer posible la vida, pero la vida le da también forma a la tierra.
Pero este complejo sistema no es perfecto, este balance ya se ha perdido cinco veces y de manera drástica, la madre tierra para llegar a esa estabilidad toma medidas desesperadas, estas han traído consigo las 5 extinciones masivas de las que hablan nuestros libros de texto.


Este es el mundo que nos tocó vivir, forjado en la superficie de los restos de especies que dieron su vida para permitir nuestra propia existencia, perdón si insisto, pero ven que la vida si viene de la muerte.

Todos estos cambios que ha tenido la tierra en estos eones trajeron como resultado el proyecto humano, que al principio colaboraba con la naturaleza y su madre, pero con el paso del tiempo lo moldeó para sus propios caprichos, gastar recursos finitos y alcanzar un crecimiento infinito que ven reflejados en sus pantallas con números que ni ellos entienden y de paso cubriendo a la tierra con sus desechos, que son el reflejo de su falta de conexión con la naturaleza… estamos matando a Gaia, nuestra madre.


Es cierto, el mundo va mal, pero apenas vamos empezando, qué son 2 siglos de revolución industrial comparado con los 6 mil años de historia humana y los incontables de milenios que el ser humano estuvo en la tierra siendo uno con la naturaleza.

Somos changos sabios, ya nos hemos dado cuenta del daño que estamos haciendo y muchos ya empezamos a hacer cambios para salvar a nuestra madre, que nos lo ha dado todo, es cierto que habrá resistencia, habrá simios sedientos de sangre y poder, pero estos morirán y servirán de alimento para las nuevas formas de vida en la tierra, las nuevas generaciones aprenderán de nuestros errores y verán al pasado tal como nosotros lo hacemos, con admiración de las grandes obras, el arte, la poesía, asco por nuestros peores vicios y compasión por todo lo que ignoramos.


Lo impresionante que tenemos como humanos, como hijos de esta grandiosa madre, no es nuestro cerebro, tampoco nuestras organizaciones tribales que llamamos ciudades, mucho menos nuestro manejo de las herramientas y no es nuestro lenguaje, es la habilidad que tenemos de jugar con el tiempo, podemos ver el pasado y hablar con el futuro, ver qué hemos hecho y para dónde vamos.

Si las cosas siguen como hasta ahora, tenemos un futuro sombrío, pero tenemos una buena noticia, la madre tierra no morirá, pero que se cuiden los que piensen que pueden seguir con sus derroches como ahora, porque algo si nos ha dejado claro la historia, es que la naturaleza es caprichosa y puede derribar a aquellos que se creían en la cima.

https://laredaccion.com.mx/dia-de-la-tierra-solo-un-dia/oikoseducativahotmail-com/
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