La taza blanca (parte 3)

 “Mí Opinión”.

— No has hablado y ya te reconocí.

— ¡Buenas tardes Jorge!, desde que me traían venía tratando de adivinar con quien iba a compartir esta tarde.

— Un expreso doble. No son muchas las personas que piden este café, desde luego pensé que podías ser tú pero no tenía la seguridad y luego dudé cuando no oí dar las gracias con esa voz grave, que al menos para mi es inconfundible, ya que al no poder ver, he desarrollado al máximo lo que tengo para reconocer y guardar en mi memoria, que entre comillas, es sobresaliente a los conocidos y sobretodo los que me caen super bien.

— Como es tu caso. Deja me imagino lo que hiciste… ordenaste el café y fuiste a buscar un libro o al baño, más bien ambas cosas ya que no había escuchado tu respiración hasta unos momentos antes de sentir tus manos en mí, y como jamás olvido una huella digital, por más que me metan a esa escandalosa máquina, sí quita las huellas de mi piel pero jamás de mi memoria y sentí tus manos húmedas como recién lavadas, además, por si fuera poco, tu pulso ya no es tan seguro y siento un pequeño balanceo cuando me tomas… y estás leyendo, lo sé porque escucho cuando cambias de página, no sé qué estás leyendo, pero ¿sabes? se bastante cosas de ti, te sorprenderías, como por ejemplo… se cuál es uno de tus libros favoritos …El Conde de Montecristo, además se porque recuerdo exactamente cada palabra que mencionaste el día que platicabas de esto con el licenciado Robles, y que tú llamas «mi licenciado»…

«–¿sabes que libro es de mis favoritos «mi licenciado»? El Conde de Montecristo–.  Quizás porque cuando lo leí tenía 14 años, fue un regalo de cumpleaños de mi padre y me dijo: …ojalá te guste tanto como a mi, y me cautivaron esas palabras ya que me lo devoré, no quería parar de leerlo, obviamente le dije a mi padre: –no me gustó papá… me fascinó–, además, ¿sabes qué mi licenciado? no pierdo la esperanza de que algún día la vida como al Conde me de la oportunidad de tomar revancha… no es cierto, mi vida no ha sido tan llena de aventura pero tampoco, afortunadamente, tengo motivo alguno para buscar revancha de nada ni de nadie, lo que me encanta de esa novela es que nos muestra aspectos muy interesantes sobre el comportamiento del ser humano y es sumamente emocionante.»

— Esas fueron tus palabras, también recuerdo el día que Esteban, el estudiante de arquitectura, te preguntó… — don Jorge ¿cuál es su opinión acerca de los refugiados Sirios? ya ve que usted, no se como decirlo, no es tan pesimista o más bien, no es tan alarmista como Mario que dice que es el fin del mundo porque la Humanidad cada día está más deteriorada–, esa es la palabra que usó y luego dijo –es más, está podrida, echada a perder y no tiene arreglo.

— Mira, Mario a todo le busca el lado negativo y no voy a negarte que en algunas cosas tiene razón, definitivamente la humanidad está pasando por momentos muy difíciles, con cambios vertiginosos que no alcanza a comprender, pero históricamente ya han habido situaciones similares y se logran los cambios. En cuestión de refugiados, basta recordar la guerra civil española y que por causa de esta guerra yo soy Mexicano, el pueblo Sirio está pasando por una situación similar, claro está, que cada vez las guerras fratricidas son más cruentas y tenemos más información por lo que también creo que todos los países pondrán su granito de arena, y de ser necesario México recibirá Sirios o de cualquier otra nacionalidad porque para echar la mano a quien está en desgracia, ahí sí creo que somos más los buenos, pero como te digo, Mario tiene razón, la humanidad ha perdido el rumbo, porque don Jorge, como te decía, tiene muchos cambios demasiado rápidos y el asunto es que no hemos aprendido a convivir, siempre buscamos las diferencias para separarnos y nunca acuerdos que nos puedan unir y esto te suena utópico, lo se pero es el camino que se debe buscar y además hay que hacer lo poco que nos toca hacer y hacerlo bien, no importa cuál sea nuestra trinchera, tú haciendo casas, yo escribiendo, porque ya no tengo buena vista y ni fuerzas para seguir sacando muelas, que fue lo que hice mientras pude y aquí estoy escribiendo y leyendo y desde luego escuchando para poder aprender, yo diría enseñándonos a mí, al Lic. Robles y centrando a Mario, porque ¡créame! todos comentamos que nos fascina platicar con usted, es más, ¿sabe qué dijo Mario el otro día? …ese Don Jorge me quita lo amargado con su plática siempre amena y ya todos estamos esperando su libro.

— Ahí si que puede que me tarde en acabarlo, yo creo que, para empezar, les voy a traer algunos artículos que me publicaron en el periódico de Xalapa, son algunas críticas de literatura y de cine.

— ¡Qué interesante don Jorge, me encantaría leerlos!, no me imagino a una persona como usted criticando. Lo digo porque siempre es tan positivo. 

— Bueno, son críticas precisamente, y no hay que ser tan pesimistas, sin olvidar que los extremos son malos, ya los traeré para que me los critiquen, al fin son cortos.

— Es un compromiso don Jorge, será un placer leerlos y gracias por la charla, buenas tardes.

— Hasta luego Esteban. ¡Ay! me cae bien este arquitecto, siempre anda con prisa.

– A mí también me cae bien don Jorge, además me gusta cómo te trata, con mucho respeto y cariño, creo que es de los míos, sabe reconocer cuando una persona vale, ¡no!… es en serio mi estimado amigo, usted vale mucho por su educación, pero aún más por su sencillez, yo…, es más, te admiro, con gusto aunque dicen que duele muchísimo yo creo que el tatuaje que llevo al frente, de tinta color ocre, según lo dijo Noelia, la novia de Alex, combina el blanco con el ocre , refiriéndose a mí, me lo hicieron antes de que yo sintiera, o antes de que tuviera memoria, no recuerdo que me haya dolido y es mucho ¿no?, imagínate …»La Taza Blanca, el contorno de mi figura y abajo de ella, todo esto, un buen café y un buen libro en el mismo lugar»… como decía, aunque duela, con gusto me tatuaría en mi espalda la frase que escribiste para tu libro:  “No hay virtud sin humildad “, me encanta, y ¿cómo prácticas esa humildad?, allá atrás, por decirlo de alguna manera, tras bambalinas, las personas que te conocen dicen: -don Jorge es un buen tipo, y te estiman y no por las propinas que dejas, porque ya ves, como dice Mario ¡qué amor ni que nada, puro interés!, eso es lo que mueve al mundo y cuando lo dijo tú comentaste: …así es Mario el interés mueve al mundo que ven nuestros ojos, pero no al mundo intangible de lo espiritual y en ese mundo está el amor, no todos conocen el amor, y muchos ni creen que existe ese mundo, Mario eres muy analítico y me encanta, pero recuerda el fanático sólo ve el negro y el blanco y la vida tiene muchos matices, yo también pienso que el mundo puede estar mejor, pero indudablemente para que mejore la receta es la educación, para respetar, educación para compartir y la educación en valores como la honestidad, lealtad, generosidad …y que hemos perdido paulatinamente por intereses a lo material y descuidando lo espiritual, nuestra esencia, como seres humanos, radica en eso, en que podemos amar. Luego también señalaste que deberían todos ser más éticos y ahí me excluyo, ya que ni siquiera se que es eso, y de verdad te sorprendería todo lo que se y todo lo que he aprendido al escucharte, la vida hay que vivirla a tope pero siempre en todo lo que se haga debe cuidarse de no afectar a nadie y si por un descuido llegamos a afectar a alguien hay que reparar el daño cuando se pueda, lo antes posible y si no, al menos pedir perdón,  pero lo más importante es tener buena voluntad, porque es la única encomienda que se nos dio. 

— Esto se lo dijiste a Hugo el mesero, cuando te platicó por qué  estaba triste y los consejos que Alex te pide y tú siempre dispuesto a dárselos, pero uno que recuerdo en especial, mira Alex el acoplamiento de una pareja es difícil si no hay buena comunicación y a la vez buena disposición para llegar a un acuerdo con algunas opiniones, mi abuelo decía …»el matrimonio es un campeonato de renunciaciones y no es otra cosa que ceder con gracia a aquellos detalles que a ti te gustan hacer, pero a ella le molestan, o viceversa, hablando se entiende la gente». Eso es lo que decía la abuela. 

— Debe estar muy interesante lo que estás leyendo ya que casi no has tomado café, se que te gusta disfrutarlo pero nunca dejas tampoco que se entibie y hoy está a punto y queda un poco más de la mitad.

— ¡Ay! me imagino a veces como si me escucharas y si así fuera me gustaría darte mi opinión, no entiendo ese afán de la humanidad por buscar a toda costa el poder, en vez de tener ese mismo afán en disfrutar el don que es lo que marca la diferencia entre animales cosas y ustedes que son los que pueden amar, si pudiera el mundo escucharme gritaría: …un buen café, un buen libro y buen amor salvan a la Humanidad.