La noche de anoche, cuando dormía, tuve un sueño del que no quería despertar. Soñé que me desprendía de mi cuerpo, podía verme en mi cama; tenia un aspecto de calma, sentía en mi espalda como crecían unas alas queriendo volar. En mi mente sólo tenia tu cara, algo angelical con un toque de picardía, una sonrisa en su boca que invitaba a pecar.
Por la ventanas unos rayos tímidos de la luna comenzaron a coquetear, empiezo a caminar y traspaso las paredes, sólo quiero encontrar el camino que me lleve cerca al mar. Empiezo a volar con las alas de mi libertad, con mis manos tapo mi corazón. Vuelo, vuelo, vuelo y me topo con una nube llena de cafe, ya sé que estoy muy cerca de tu ser.
En la luna veo el reflejo del cupido que hizo la maldad, tiró flechas a todos lados y una me tuvo que dar. Tonto cupido, no te puedo olvidar, muchos recuerdos que no puedo enterrar; eres mi poema, un cuento que comenzó en el mar, te busco en la luna y en el reflejo del mar.
Te encontré como siempre
Al llegar al mar te vi dormida en tu cama, me acerqué despacio y en silencio como si fuera un ladrón al que le robaron su terco corazón. Tu dormías en pétalos de rosas y soñabas con él, tú hijo, el pequeño recuerdo de tu piel, con aroma a café y miel.
Te acaricié el cabello, te robé un beso, dibujé tu alma, borré la huella de nuestro pasado y sembré en ti las palabras que siempre te dije: «eres tú el amor de mi vida». Juntos los dos contra el mundo sería lo mejor. Pero eso no pasó. Tú dormías y yo soñaba que me querías. No sé cómo termina nuestra historia, pero jamás verás en mi cuentos: un me rindo. Un día dios nos dará un espacio en nuestro corazones para volver a encontrarnos.
Me quedé en silencio
Me acerco a ti una vez más y comienzo hablarte al oído, te quiero decir que el mar está mas triste sin ti. El viento no mueve al río y mi corazón tiene mucho frío. Si en tu sueños me ves, mírame a los ojos y dame una ilusión, como si fuera esa canción que no era un himno de amor, pero que siempre me acercó a tu corazón.
Ayer, hoy y siempre espero un mensaje que llegue con el mar. Cuánto te extraño, como nieve en primavera, como rosa en mayo y café por la mañanas.
No hago ruido para que no despiertes. Como si fuera el rocío de cada mañana, vuelvo acariciar tu cabello. Tengo celos de que no recuerdes mi forma de amor. Grito tu nombre al viento y le pido que no me robe tu forma de mirar. En un instante abres los ojos y me miras, susurras mi nombre como un recuerdo que quieres olvidar.
Tu no dejes de soñar
Una noche la tristeza se va ir sin avisar y así sabrás lo bello de vivir.
Llegaste como el viento despacio y en silencio. Como un ladrón de mi fe y de la esperanza de vivir. Te llevaste el único recuerdo que tiene mi pobre corazón, que se llamó un día amor.
El silencio llegó y vuelo de nuevo al rincón de mis recuerdos. Un día que este terco corazón comenzó de nuevo a creer en el amor.