Para muchos, la mujer perfecta refiere a la fémina de buen cuerpo, buen rostro, piel clara, y otros atributos que las industrias de la moda y la belleza le han hecho creer a las personas.
La realidad es diferente a cualquiera de todas estas ideas. «La mujer perfecta» sí existe. Es aquella que está a nuestro lado incluso en los peores momentos, quien nos cuida y protege siempre.
La mujer perfecta es admirable en todos los sentidos pues nunca se da por vencida, siempre lucha por sus sueños, incluso si estos parecen imposibles de alcanzar. Nada, ni nadie la detiene.
Sus cualidades únicas son las que la hacen ser perfecta. Sueña con un mundo mejor, en donde no exista el racismo ni la guerra y le sea posible ir y venir a placer por todos los lugares del mundo, sin miedo.
Vive como si fuese el único día que existiera, valora la vida y su tiempo. Por esa razón siempre busca estar bien consigo misma y con las personas que le rodean.
Baila al ritmo de la música, como si fuera ella la protagonista de la escena sin tener tiempo siquiera para pensar en el qué dirán. Simplemente es feliz y disfruta el momento.
Canta con todo el corazón y entrega el alma en una melodía, esa canción única que hace que su inspiración surja desde lo más profundo de su ser y que le permite expresar sus sentimientos.
Ama a su familia como nadie más lo puede hacer, por que incluso antes de nacer ella ya estaba siendo amada y aprendió que la magia del amor puede hacer posible cambiar tu perspectiva de la vida.
Ríe y comparte su felicidad con las personas, haciéndoles ver que es un gran día a pesar de todos los problemas por los cuales esté pasando. Ella es la que hace posible la magia de la vida, es única, inigualable, grandiosa y sobre todo entrega plenamente su ser sin pedir nada a cambio.
La mujer perfecta se llama «mamá».