La leyenda de Inés de Hinojosa, es una historia de amor, traición y muerte que se cuenta en Venezuela y Colombia. Según esta historia dice que la joven Inés era una hermosa mujer mestiza que tenía muchos encantos y “enloquecía” a los hombres y su caso constituyó uno de los mayores escándalos de la época.
Su historia fue escrita por primera vez por Juan Rodríguez Freylen, en su obra “El Camero”, en el capítulo X en donde relata los hechos que sucedieron entre 1560 y 1571, pero en 1986 el escritor colombiano Prospero Morales Padilla escribió una novela que llamó: “Los pecados de Inés de Hinojosa” que se convirtió en Best Seller del año y dio pie a una serie de televisión con el mismo nombre en 1988.
Doña Inés nació en 1540 en Barquisimeto, una provincia de Venezuela y se casó en Carora con el español Pedro de Ávila, pero el hombre le salió borracho, parrandero y jugador. Ellos vivían con Juanita que era media hermana de Inés y quien le ayudaba en los quehaceres domésticos y en sus correrías.
Pero… Inés era de cascos ligeros, es decir, le gustaba dar vuelo a la hilacha y aprovechando las ausencias de su marido se enamoró de Jorge Voto, un seductor maestro de danza que enseñaba también las costumbres de la corte española, con quien llevó una relación extramarital y juntos planearon y ejecutaron el asesinato de su esposo.
Luego huyeron a Pamplona en donde contrajo matrimonio con su amante y se fueron a la provincia de Tunja, en donde asentaron su residencia y en donde Inés, volvió a las andadas de andar de guililla, conoció a Pedro Bravo de Rivera, el encomendero más rico y poderoso de la región, y ambos al mirarse se gustaron.
Jorge Voto montó una academia de danza y estableció una sucursal en la capital del Reino y al ausentarse su esposo para atender su prospero negocio; Inés y Pedro iniciaron un romance clandestino y con el tiempo también decidieron matar al marido, cómo que le gustaba quedar viuda muy rápido para disfrutar de su nuevo amante.
Estuvieron planeando como matarlo por algún tiempo hasta que un día por la mañana el pueblo quedó espantado cuando apareció muerto en el fondo de una quebrada. El cuerpo estaba sangrante y desfigurado por la caída entre las rocas.
Sin embargo, esta vez por azares del destino fueron descubiertos por la justicia y condenados a la pena capital. El rico encomendero de Chivatá Don Pedro Bravo fue degollado y Doña Inés fue ahorcada en un árbol junto con el hermano mestizo de su amante Hernán Bravo de Rivera por ser cómplice del asesinato. Y su cuerpo fue devorado por los buitres.
Se dice, se cuenta que desde entonces en las calles empinadas de Tunja, el gélido viento se encañona entre las construcciones coloniales, lleva y trae los lamentos del fantasma de Doña Inés de Hinojosa que sigue buscando a sus amantes perdidos.
Algunos parroquianos que se aventuran a caminar a altas horas de la noche por “la calle del árbol” dicen haber visto al espectro colgado de Inés de un arrayán, con el pelo negro y suelto al viento, y advierten la presencia de un perro negro y fuegos fatuos en el lugar a pesar de que ya han pasado 5 siglos de que sucedieron tan macabros hechos.
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Bibliografía:
Inés de Hinojosa – Wikipedia, la enciclopedia libre
INÉS DE HINOJOSA: EL PRIMER ESCÁNDALO DE TUNJA | Revista Credencial