La lluvia ácida es un fenómeno que se presenta cada vez con mayor frecuencia afectando el medio ambiente.
Estudios revelan que la acidez es 100 veces más que hace 200 años.
Por su carácter corrosivo contribuye al deterioro de las superficies con elementos metálicos, edificios antiguos, construcciones históricas y, lo más importante, contamina cultivos, selvas y bosques
La producción de lluvia se debe en gran parte la emisión de sustancias toxicas producidas por el ser humano, que van a la atmosfera además de la actividad de las industrias.
La lluvia ácida es una precipitación que presenta un contenido de substancias químicas como ácido sulfúrico y ácido de nitrógeno provocando niveles de P.H entre 5 y 3, cuando los niveles de la lluvia normal son de 5.65.
El ácido sulfúrico y el ácido nítrico al ponerse en contacto con agua, oxígeno y otras sustancias contribuyen a que se altere el P.H. de la lluvia.
Las consecuencias de la lluvia ácida son graves, ya que contamina los acuíferos al filtrarse por la superficie elevando la acidez en ríos, lagos, lagunas, etc, provocando una descompensación ambiental que afecta a la flora y fauna que en encuentran en estos lugar
Para ayudar a reducir la lluvia ácida podemos contribuir poniendo nuestro granito de arena al usar fuentes de energía alternativa, alentar el uso de gas natural, reducir los niveles de azufre en combustibles, etc.