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En una entrevista que le realizamos a nuestro gran amigo el compositor José de Jesús Castillo González a quien conocen en el medio artístico como “Chucho Castillo”, el hacedor de corridos, nos platicó su encuentro con un fantasma, con el espíritu de la monja de la venerable Julia de las Espinas del Sagrado Corazón de Jesús.

Chucho Castillo nos cuenta: “En esta ocasión quiero platicarles que un día hace muchos años, antes de retirarme de chofer, porque yo fui muchos años un trailero que cruzaba los caminos de nuestro México querido, en un pueblito llamado San Pancho a unos 30 Km de Aguascalientes, me paré y levanté a una señora que estaba a un lado de la carretera. Ella era una mujer entre 60 y 65 años de edad, con 1.60 m de estatura y 65 kg de peso aproximadamente, recuerdo que traía un vestido de color negro con blanco y me paré porque había una gran nube en el cielo y habían pronosticado que ese día llovería y caería granizo.

Al detenerme, ella se subió a mi unidad y me pidió que la llevara a un lugar que ella me iría marcando, en el trayecto me fue hablando de Dios y cosas del Cielo y me pidió que la trasladara a una quinta que estaba por la salida a Lagos, la llevé y al bajarse me pidió que si la acompañaba para hacer una oración, nos bajamos y nos dirigimos a la finca, ella abrió la puerta y a un lado había un gran libro y me pidió que pusiera mi nombre, mi dirección y mi teléfono, como en la casa no tenía y todavía no existían los celulares puse el de la empresa.

Me invitó a hacer una oración

Me invitó a hacer una oración, yo le dije que no sabía orar y me contestó no importa tú tienes una cosa buena y es que no eres envidioso y eres una buena persona, entonces yo le pedí que orara por mi esposa porque ella ya estaba muy malita, se estaba muriendo por su enfermedad de la “azúcar” (diabetes) y me dijo que no podía pedir por ella porque ella ya iba en camino (hacia el más allá, ya que al poco tiempo murió).

Nos paramos junto a una tumba que estaba muy bien arreglada y había como un nicho con una foto y ella se parecía mucho a la mujer de la foto, pensé que tal vez era su mamá, su hermana o algún familiar ya que el parecido era sorprendente.

Ella empezó a orar y me dijo —cuando vuelvas a venir me buscas en la iglesia de San Marcos ahí voy a estar, que te vaya bien— y me dio su bendición. Pasó el tiempo y yo ya no me acordaba de ella cuando de repente me hablaron de ese lugar y me pidieron que les explicara el por qué estaba mi nombre y mi teléfono en el libro de la quinta, les conté la historia de la señora, pero lo que ellos me dijeron fue algo increíble…

Ella se llamaba María Julia Navarrete y Guerrero

Me explicaron que ella se llamaba María Julia Navarrete y Guerrero, que fue una monja que fundó muchas escuelas en México y Estados Unidos que había nacido en 1881 y había muerto en 1974 y que andaban buscando votos para su canonización para cuando viniera el Papa Juan Pablo II.

Después supe que su hermano Juan María Navarrete Guerrero fue Arzobispo de Hermosillo y su proceso de beatificación se inició en México en 1985 y el Papa Juan Pablo II la tituló más tarde como Venerable el 22 de junio del 2004, como confirmación de que ella mantuvo una virtud heroica en su vida y se le conoció con el nombre de Julia de las Espinas del Sagrado Corazón.

También me enteré que no había sido el único al que se le había aparecido, sino también a otros compañeros traileros y a varias personas a las que les pedía raid y los llevaba al mismo lugar o les hacía un milagro. Me quedé tan impresionado de este suceso que nunca en la vida lo voy a olvidar”.

¿Qué te pareció este encuentro con el espíritu de la monja Julia? Déjanos tus comentarios.

El perdón
3:33 am. la hora del diablo

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