En México existe una serpiente que es conocida con diferentes nombres como alicante, cincuate, tilcuate, cuncate o víbora sorda, la cual según los antiguos se guía con el olfato para encontrar a las madres o a las vacas que están amamantando, para alimentarse de su leche sin que ellas se den cuenta.
Según la leyenda y el merolico del circo que se ponía en la colonia Nuevo Repueblo en mi ciudad natal de Monterrey cuando yo era niño, decían que el alicante tenía el poder de hipnotizar a sus víctimas para robarles su vital liquido… la leche. Nos hacían ir al circo con la promesa de conocer a la terrible serpiente.
Aunque muchos creen en esta leyenda ya que les ha pasado con algún familiar, vecino o amigo… la web zoológica dice que “esto es solo un mito ya que las serpientes no tiene labios para amamantar y no tienen las enzimas para poder digerir la leche”.
Pero a pesar de lo que diga la ciencia las leyendas se siguen transmitiendo de boca en boca, veamos algunas de éstas historias que nos fueron enviadas a nuestro grupo de “Mitos y Leyendas de Monterrey y del Mundo”, la primera es de Mariah Arerbac que nos cuenta:
“Eso le pasó a mi abuelita con mi tía, llegaba la serpiente en las noches, ella estaba amamantando a mi tía recién nacida y la serpiente bajaba del techo que era de madera y se subía al catre a tomar la leche del pecho de mi abuelita y a mi tía le ponía la cola en la boca para que la bebe no llorara”.
“Así estuvo hasta que un día la hermana de mi abuela la sorprendió” se dieron cuenta de que el Alicante estaba prendido en el pecho amamantándose, la acorralaron entre viarios hombres y la mataron.
“Dicen que mi tía estaba bien flaquita porque la serpiente no la dejaba comer y que lloraba de día porque tenía hambre, pero… pues mi abuela no tenía suficiente leche, pero era por la serpiente que la dejaba casi seca”.
Gracias a Dios que pudieron darse cuenta a tiempo ya que ambas madre e hija se encontraban desnutridas y peligraba su vida.
Jesús Didi nos dice sobre esta peligrosa serpiente que es conocida también con el nombre de “chirrionera y que pega como latigazo a sus víctimas”, aunque se dice que no es venenosa como el coralillo.
La siguiente historia fue enviada por Cony López Morales, que nos cuenta: “Así contaban mis abuelos y mi mamá que las que amamantaban las dormían las víboras, para alimentarse de la leche de sus bebés, que feo caso y si le pasó a mis abuelos, eran de Arteaga y de allá de la Roja. En el tunal contaban esas historias… y también mi abuelo contaba. Que un oso se enamoró de una mujer y se la llevó a una cueva, eso contaba mi abuelo y muchas historias más.
Bueno hasta un oso enamorado de una mujer, que increíble vamos a investigar a ver si existe alguna leyenda sobre esto.
Por su parte, Gigita Hoffstetter mencionó que su abuelo contaba una historia similar, aunque sin desnutrición, pero esta ocurrió en el sur de la república de Chile, en América del Sur.
Así mismo Laura Ramírez Sánchez señala que ese tipo de víboras habitan en muchos lugares y que en su pueblo se le conocen como Tilcuate… “Y le pasó a mi hermana, cuando ella tenía a su bebé, mi cuñado lo encontró en el acto y lo agarró a machetazos”, hasta matar a la víbora.
Finalmente Eliseo Pulido nos cuenta que en Jalisco, México a esta víbora se le conoce también como Tilcuate y que se aprovechan de las mujeres que amantan a sus bebes y viven en montañas y en lugares en donde hay mucha vegetación y con clima húmedo.
¿Verdad o mentira? Aunque la ciencia diga que la víbora no tiene labios y no se puede amamantar ni digerir la leche, hay casos que nos dicen todo lo contrario, pero usted amable lector tiene la última palabra.
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Bibliografía:
Comentarios del grupo de Facebook, Mitos y Leyendas de Monterrey y del Mundo.