Al pasar por el balcón dicen que se escuchan los lamentos del fantasma de una mujer zacatecana que engañó a su marido y al verse descubierta en la cama con su amante, los mató a los dos, después por los sentimientos de culpa, y para acallar los rumores de asesina, se suicida colgándose del balcón.
Esta leyenda sucedió a mediados del siglo XVII, cuando una pareja de Zacatecas se trasladó al estado de Querétaro en busca de nuevos horizontes que pudieran cambiar sus vidas.
Adquirieron una casa enorme y toda la gente del pueblo reconocía la casa de “La Zacatecana” ya que la residencia tenía un expresivo balcón.
Cuentan que los negocios de su esposo rápidamente prosperaron y cada semana se ausentaba más tiempo de su casa ya que se iba a hacer negocio a lugares cada vez más lejanos.
Ella se sentía muy abandonada
La mujer a la que todos conocían como: “La Zacatecana” quedó obligada a pasar sus días en la enorme casona, ella se sentía muy abandonada, en una ciudad donde no conocía a nadie, motivo por el que empezó a darse sus escapadas y abrir su puerta a los hombres.
Tiempo después la gente empezó a darse cuenta de sus andadas y se iniciaron los rumores, se decía que La Zacatecana estaba desesperada por un poco de compañía y que se relacionaba con cualquier hombre que la distrajera de su soledad y la llenara de placer.
Los cuchicheos de la gente se fueron esparciendo y muy pronto llegaron a los oídos de su marido quien, dominado por la ira, dijo que iría a su casa a enfrentar la realidad; sin embargo, sus socios y trabajadores nunca más volvieron a saber nada de él, ni siquiera fue a recoger el dinero que le debían.
Encontró a su esposa en la cama en los brazos de uno de sus amantes
Cuentan las malas lenguas que lo que sucedió fue que el empresario al volver a su vivienda, se encontró a su esposa en la cama en los brazos de uno de sus amantes.
La Zacatecana, al sentirse descubierta, perdió la razón y en un arranque de locura mató a su esposo y a su amante que se agarraban a golpes, los acuchilló, para liberarse de la traición que había cometido y para no dejar testigos.
Parecía que estaba poseída, era como un demonio insaciable de sangre, encajó el cuchillo una y otra vez hasta que ambos murieron.
Cuentan que por el miedo, el terror y la culpa, ella enterró los dos cuerpos en el jardín y se encerró durante mucho tiempo en su casa para dejar de escuchar el murmullo de la gente que siempre la señalaba.
“La Zacatecana” decidió enmudecer para siempre los rumores
Quiso huir, pero las autoridades ya habían iniciado una investigación y antes de que alguien pudiera comprobar que ella era culpable de la desaparición de su esposo y su amante, “La Zacatecana” decidió enmudecer para siempre los rumores de la gente que arruinaban su vida.
En un momento de angustia y desesperación, fue a su alacena, tomó una cuerda y sin pensarlo se colgó desde el balcón de su casa mirándose su cuerpo colgado desde la calle.
A partir de entonces, desde hace más de 300 años, las tres ánimas andan en pena, no descansan y reviven esos fatídicos días de vez en cuando, dicen que hasta el día de hoy esta leyenda ha dado mucho de qué hablar a los queretanos y su historia, ahora con el internet, se ha difundido a toda Latinoamérica.
Cuentan, dicen, murmullan que hasta hoy en día, en ciertas noches tranquilas y oscuras, se pueden percibir afuera del balcón los gritos y lamentos lastimeros de aquella hermosa mujer llamada “La Zacatecana”.
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