En los ranchos, cuando se mira una luz por las noches o una llamarada, se piensa que ahí hay un
tesoro, más no así en el municipio de Villaldama, en donde saben muy bien que no es un tesoro
porque es el fantasma de la mujer deseada.
Esta leyenda es muy contada en la hacienda Santa Fe, ahí donde hay huerta de aguacates, porque
la gente cuenta que hace muchos años existió una familia de ricos españoles, que tuvieron varios
hijos, entre ellos, una niña hermosa que todos la querían ver, el padre le decía que era su mayor
tesoro y que siempre iba a cuidar de ella.
Pasó el tiempo y la niña se convirtió en una bella mujer de ojos azules, causó de inmediato la
admiración y enamoramiento de los galanes de aquellos lugares, unos jóvenes la pretendían por
hermosa, por su extraordinaria belleza, otros en cambio iban por la ambición, detrás de la enorme
fortuna que poseían sus padres y otros porque realmente era una mujer, agradable, sencilla y
angelical.
No podía dar a conocer ese amor a sus padres, sabía que ellos no lo iban a permitir
Pero ella no miró ni a los ricos ni a los ambiciosos, sino que puso sus ojos en un joven mestizo que
era valiente y muy trabajador. Era digno de ella, pero no podía dar a conocer ese amor a sus
padres, sabía que ellos no lo iban a permitir ya que para los españoles era muy tomada en cuenta
la clase social.
El joven no tenía posesiones, solo amor para dar, admiraba su belleza y le decía que era el
hombre más afortunado del mundo por contar con su amor, por ser el novio de la mujer más
deseada del pueblo, a ella no le importaba que nadie lo aceptara ni lo que pensaran sus padres ni
la ingrata sociedad.
Los jóvenes amantes iban por las tardes a un lugar llamado El Puentón, sí, aquel por donde pasa la
acequia grande, y ahí se decían palabras de amor y daban rienda suelta a su pasión.
Así pasó el tiempo escondiendo su sublime amor, hasta que un día llega a los oídos de sus padres y
ellos se enteran de todo, se enojan tanto que le prohíben volverlo a ver y la encierran en la gran
casona, ahí en Santa Fe.
El joven fue encontrado muerto a la orilla de la acequia
La mujer deseada sufre mucho porque no puede ver a su amado, las constantes angustias por su
ausencia la ponen triste y deprimida, hasta que un día llega la noticia a la hacienda, de que el
joven fue encontrado muerto a la orilla de la acequia. Unos dicen que fue alguno de los
pretendientes heridos en su amor propio, otros dicen que fueron los mismos padres quienes lo
mandaron matar para que no les robara su más grande tesoro que era su amada hija. Se especuló
mucho pero hasta la fecha no se sabe quién lo asesinó.
La bella joven se encierra en su pensamiento, con el único deseo de volverlo a ver y así pasan los
días y la dejan salir, ella visita El Puentón para recordar su amor y su pasión, y así todos los días iba
a llorar a aquel lugar en donde había sido muy feliz. La nostalgia y la depresión fueron apagando su
bella luz y dicen que murió del mal de amor.
Han pasado muchos años
Desde entonces, por las noches los lugareños dicen que se aparece en las huertas, indican que se
ve el fantasma de una mujer vestida de blanco, se observa una luz a lo lejos y al acercarse se dan
cuenta que es la aparecida, que es el fantasma de la joven amada.
La gente tiene mucho temor y respeto de rondar por las noches en la hacienda de Santa Fe, en
Villaldama, Nuevo León. Aunque han pasado muchos años, siguen teniendo miedo de que se les
aparezca el fantasma de la mujer deseada.
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Basada en la historia contada por la cronista de Villaldama la Prof. María Luisa Santos Escobedo, a
Reportajes de Alvarado.
