La leyenda de la dama de blanco del panteón de Belén. Se trata de una historia de terror que se cuenta sobre el Panteón de Belén, en Guadalajara, Jalisco, donde se dice que hay una mujer vestida de blanco que se aparece llorando, quejándose y buscando a su hijo.
La leyenda dice que la dama de blanco era una mujer que vivía en Guadalajara a finales del siglo XIX. Ella estaba casada con un hombre rico y poderoso, pero no era feliz. Su esposo la maltrataba y la engañaba con otras mujeres. Ella sólo encontraba consuelo en su hijo, un niño pequeño y enfermizo.
Un día, el niño cayó gravemente enfermo y tuvo que ser llevado al viejo Hospital Civil, que estaba junto al Panteón de Belén. La madre lo acompañó y se quedó a su lado durante varios días, rezando por su recuperación. Pero el niño no resistió mucho tiempo y murió en sus brazos, pidiéndole que no lo dejara.
No quiso separarse del cuerpo de su hijo
La madre quedó destrozada por el dolor y no quiso separarse del cuerpo de su hijo. El esposo, que no sentía ningún afecto por el niño, ordenó que lo enterraran en el Panteón de Belén, sin darle ninguna ceremonia ni lápida. La madre se opuso a la decisión, pero el esposo la golpeó y la arrastró hasta su casa.
La madre no pudo soportar la pérdida de su hijo y cayó en una profunda depresión, poco a poco se fue alejando de sus amistades, dejó de comer y llegó el momento en que no le importaba nada.
Se encerró en su habitación y sólo salía por las noches, vestida de blanco, para ir al Panteón de Belén a buscar la tumba de su hijo, ya que su esposo nunca le dijo en donde fue enterrado y tampoco le puso lápida para que no lo encontrara. Pero como no había ninguna señal que la identificara, la madre vagaba por el cementerio, llorando y llamando desesperadamente a su amado hijo.
Su esposo pensó que se había escapado con otro hombre
Una noche, la madre no regresó a su casa. Su esposo pensó que se había escapado con otro hombre y no le dio ninguna importancia, ya que para él era mejor estar libre para continuar con sus amoríos. Pero al día siguiente, se enteró de que habían encontrado el cuerpo de su esposa en el Panteón de Belén. Ella estaba abrazada al cadáver de su hijo, que había sido desenterrado por alguien.
Tal vez por el guardia del panteón que la miraba todos los días, pensando que con esa acción terminaría con su suplicio.
Se dice que desde ese entonces, el espíritu de la madre sigue rondando por el Panteón de Belén, vestida de blanco, buscando el alma de su hijo. Se le ve llorando y gimiendo por las noches, especialmente cuando hay luna llena. Se le conoce como la dama de blanco y se dice que si alguien se cruza con ella, puede escuchar sus lamentos, incluso sentir y ser mojado por sus lágrimas.
Esta es la leyenda de la dama de blanco del Panteón de Belén, una historia escalofriante que ha causado terror, miedo e intriga a muchos curiosos e investigadores que se han adentrado al camposanto en su búsqueda.
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