Se cuenta que en la ciudad de Aguascalientes había una mujer muy hermosa que tenía muchos pretendientes, muchos de ellos le proponían unir sus vidas en matrimonio, pero ella los rechazaba a todos porque era una bruja que sólo quería tener hijos para sacrificarlos al diablo.
Un día, conoció a un hombre muy guapo y rico que se enamoró de ella, se hicieron novios y muy pronto le pidió matrimonio. Ella al principio se negaba ya que quería seguir con sus demás pretendientes, pero se enamoró tanto de él que aceptó, pero le puso una condición: que nunca entrara a su habitación cuando ella estuviera sola.
El hombre aceptó y se casaron, pero pronto se dio cuenta de que su esposa se empezó a comportar diferente, empezó a notársele un bultito en el vientre, ella estaba embarazada y no se lo había dicho, empezó a vestirse con ropa holgada y así pasaron algunos meses, él siempre esperando que le diera la buena noticia.
Se llevó una terrible sorpresa
Un día, ya cansado de esperar que su esposa le dijera que tendrían un hijo, decidió entrar a su habitación para ver cómo estaba, le llevaba algunos manjares por aquello de los antojos, pero al ingresar se llevó una terrible sorpresa: vio a su esposa convertida en una bruja horrible, con garras, colmillos y alas, que estaba devorando al bebé que acababa de dar a luz.
El hombre gritó de horror y trató de huir, pero la bruja lo alcanzó encajándole las garras en la espalda, aunque él se defendió lo atacó ferozmente y lo mató.
Después cuando se convirtió se dio cuenta que había matado a su único gran amor de su vida.
Lloró desconsolada por muy poco tiempo, se volvió a convertir en bruja y luego, salió volando por la ventana y se fue al cerro del muerto, donde tenía su antigua guarida.
Se dice que desde entonces la bruja vaga por el cerro buscando más víctimas para alimentarse , aunque algunas noches al año se escucha su llanto, cuando se acuerda de su esposo, su único amor, al que se comió a pesar de quererlo tanto.