En 1888 apareció en Londres Inglaterra un asesino en serie y se cree que mató al menos una docena de mujeres que se encontraban en estado de calle o él creía que eran prostitutas, su modo de quitarles la vida era degollándolas, hacía cortes en su abdomen, genitales, y además les sacaba las vísceras, él mismo se autonombraba Jack el destripador.
Un asesino que jamás fue descubierto, aunque se tenían a más de 100 sospechosos ninguno de ellos fue detenido, por lo que Jack el destripador nunca tuvo nombre ni apellido, hasta la fecha continua en el anonimato.
En el trascurso del tiempo algunas personas han creído que Jack el destripador fue el mismo creador de Sherlock Holmes, Arthur Conan Doyle, quién tenía una mente muy creativa y una extraordinaria capacidad de observación y deducción, por lo que se cree que siempre iba un paso delante de la policía y no pudieron vincularlo nunca con las víctimas.
Otros creen que es ridículo pensar que esa mente maestra creadora del detective que se caracterizaba por andar con sombrero, pipa y traer un ayudante al que siempre le decía “elemental mi querido Watson” haya sido un asesino tan terrible y despiadado.
Los asesinatos se realizaron en uno de los barrios más pobres de Londres llamado Withechapel, en dónde fueron encontrados los cuerpos de las mujeres que su único delito fue andar solas por la oscuridad de la noche y tener la mala fortuna de encontrarse con Jack el destripador.
Sus víctimas
Aunque fueron muchas las muertes que se le imputan, las investigaciones solo pudieron confirmar que 5 de ellas fueron hechas por el mismo hombre y sus nombres fueron: Annie Chapman que fue hija de un guarida real y una sirvienta, aunque ella era de clase media se codeo con miembros de la nobleza, su marido era chofer de carruajes de grandes personalidades de la época.
Mary Ann Nichols, una mujer que se encontraba en la calle por celos causados por la infidelidad de su marido y en su afán de encontrarlo con su amante la llevó a tan trágico destino.
Mary Jane Kelly era hija de un minero que murió en una explosión en la mina por lo que fue a vivir con una prima quien la introdujo al arte de amar, a la prostitución. Su asesinato se menciona como el más sanguinario del destripador.
Catherine Eddowes era una joven huérfana que se enamoró de un trotamundos, con el que viajó a muchos lugares y terminó trágicamente en ese barrio de la muerte en Londres.
Elizabeth Gustafdotter se dice que era de una zona rural de Suecia en donde pasó su niñez, al llegar a Londres trabajó en un café en donde les contaba increíbles historias a sus clientes y se hacía llamar Elizabeth Estride.
Aunque en un principio se pensó que sólo mataba a prostitutas, algunas de ellas no lo eran, aunque algunas tenían sexo ocasional para conseguirse un cuarto en donde dormir o para obtener un plato de comida, para comprender un poco más profundo esto hay que centrarse en el barrio pobre de Londres en la época Victoriana, en donde había muchas mujeres y niños que vivían en los callejones y calles en estado de extrema pobreza.
Hasta el momento sigue siendo todo un misterio las muertes de Jack el destripador que burló a una de las mejores policías del mundo en su época, nunca lo identificaron ni pudieron atraparlo.
Aunque ha pasado mucho tiempo de estos terribles asesinatos lo lamentable es que en pleno siglo XXI sigan sucediendo muchas muertes de mujeres, hoy llamadas feminicidios, que quedan impunes y sus asesinos sigan en el anonimato al igual que Jack el destripador.