Se trata de una historia de terror que se cuenta sobre el Panteón de Belén, en Guadalajara, Jalisco, donde se dice que hay un fantasma que se aparece vestido de traje y sombrero, como un caballero elegante y la gente empezó a llamarlo “El Catrín”, haciendo alusión a la carta número 4 de la tradicional Lotería Mexicana.
«El Catrín» es una de las 54 cartas de la lotería, cada una de las cartas representan varios ámbitos de la cultura popular mexicana. El término «Catrín» se utilizaba antiguamente para referirse a los hombres que se vestían de manera elegante y eran de una clase social alta, la característica principal de los catrines es que les encantaba presumir su opulencia.
La Leyenda dice que “El Catrín era un hombre rico y poderoso que vivía en Guadalajara a finales del siglo XIX. Era muy mujeriego, saboreaba la buena vida, andar de fiesta en fiesta y le gustaba apostar y jugar a las cartas.
Se enamoró perdidamente de ella, lástima que era casada
Su vida era despilfarrada, cansada y rutinaria hasta que un buen día, conoció a una mujer hermosa que lo cautivo, flechó su corazón y se enamoró perdidamente de ella, lástima que era casada.
La mujer resultó ser la esposa de un general del ejército mexicano, pero a «El Catrín» no le importó y aprovechaba las ausencias de su marido para cortejarla y enamorarla, muy pronto la joven cayó en las redes del galán, así pasó un buen tiempo en donde disfrutaron de su romance y su amor, hasta que alguien los vio y las malas lenguas viperinas empezaron los rumores, hasta que llegaron a los oídos del ilustre y cornudo general que se enteró de la infidelidad de su mujer y para lavar la afrenta de su honor retó a «El Catrín» a un duelo.
El duelo se llevó a cabo en el Panteón de Belén, al amanecer de un día de verano, ambos llegaron puntuales, el reloj dicen que marcaba las 5 de la mañana, las miradas de odio se cruzaron cuando los padrinos les proporcionaban las armas para el combate que se llevaba a cabo para lavar el honor de la mujer del general.
El catrín y el general se enfrentaron con pistolas, pero el primero tenía una ventaja, ya que era hombre de mucho dinero y tramposo como todo buen jugador al que no le gusta perder; cuentan qué, había sobornado al encargado de las armas para que le diera una pistola cargada y al general una vacía.
Había sido cruelmente engañado
Así, «El Catrín» llevaba todas las de ganar, quería quedarse con el sabroso manjar que era la esposa del militar, se pusieron de espaldas, contaron 10 pasos y dieron la media vuelta y le disparó al general, quien no podía creer que había sido cruelmente engañado, una burla que le costó la vida.
Se escuchó un solo disparo mientras que el general sólo pudo hacer un gesto de impotencia, la bala atravesó su corazón, se dice que en plena agonía se le escuchó decir, volveré y te mataré, al tiempo que la sangre salía por su pecho y por su boca, un silencio sepulcral se escuchó en el panteón de Belén tiñendo de rojo la tierra del camposanto.
El silencio lo quebró “El Catrín” que se burló del general y le dijo que se había quedado con su mujer y con su honor. Pero en ese momento algo misterioso y extraño pasó, el lugar se llenó de una extraña bruma y el fantasma del general apareció detrás de «El Catrín» y lo atravesó con su espada.
«El Catrín» no lo podía creer, su cuerpo fue atravesado por una espada fantasmal y en un santiamén cayó muerto, con una expresión de horror en su rostro, así el general volvió en ese instante del más allá para lavar su honor y el de su esposa matando al adinerado y seductor “Don Juan”.
«El Catrín» vaga por el Panteón de Belén, buscando venganza
Se dice que desde entonces, el espíritu de «El Catrín» vaga por el Panteón de Belén, buscando venganza. Se le ve vestido de traje y sombrero, como el día del duelo, y se le oye silbar una canción. Se le conoce como “El Catrín” porque así se llamaba a los hombres elegantes y presumidos de su época.
Lo que la gente cuenta allá en donde se da el olor a tierra mojada y se escucha el “Son de la Negra” es que “El Catrín” suele aparecerse a los visitantes del panteón, especialmente a los hombres, y los reta a un duelo. Si alguien acepta el reto, «El Catrín» le dispara con su pistola fantasma y lo mata.
Si alguien rechaza el reto, “El Catrín” lo persigue hasta que lo alcanza y lo mata con su espada fantasma. Nadie puede escapar del catrín una vez que lo ha visto, a menos que lo reprenda en el nombre de “Cristo”.
Esta es la leyenda de «El Catrín», una historia escalofriante que ha causado miedo, terror e intriga a muchos a los visitantes que se atreven a entrar al rayar el alba al Panteón de Belén.
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