Pensaron que no había necesidad de hacer algún reporte, solo habían dejado a una lechuza herida en una de las celdas de la policía en el municipio de Santa Catarina, cuando varias horas después fueron requeridos y regañados porque habían dejado encerrada a una mujer desnuda.
Pero cómo era posible que apareciera una mujer desnuda en el mismo lugar en donde dejaron a una lechuza con el ala quebrada, en un acto humanitario la habían levantado para ayudarla a que se repusiera, pero resultó que la lechuza era una bruja.
Inmediatamente se apersonaron en la estación de policía un comandante y su ayudante para que explicaran que era lo que hacia esa mujer desnuda con una belleza que cautivaba a los amantes de la ley y el orden.
El Comandante completamente desconcertado explicó que él y su pareja iban entrando con la patrulla a la Colonia López Mateos en Santa Catarina, Nuevo León cuando disminuyeron la velocidad al entrar al vado que llevaba un poco de agua del arroyo que pasa por el lugar.
Al ir pasando vieron al animal, que al bajarse a investigar se dieron cuenta de que era una lechuza o búho, se acercaron y sin problema alguno la pescaron y la subieron a la patrulla.
Cuando llegaron a la estación, como ya era entrada la madrugada decidieron dejar a la lechuza en una celda, para ver que podían hacer mañana, hay que recordar que éste hecho sucedió mucho antes de que existiera una Secretaria de Control Animal, o del Medio Ambiente, ni siquiera había aparecido Protección Civil.
Un par de horas después de haber acabado su turno, fueron llamados urgentemente para explicar que hacia la mujer desnuda en la celda y sin ningún reporte de por medio, además tenían que declarar porque la habían dejado desnuda.
En un principio los superiores no creían en su historia, hasta que entrevistaron a la mujer a la que ya le habían llevado una manta para el frío y le habían dado algo para comer, ella dijo ser de un poblado cercano a la ciudad de Zacatecas, Zacatecas y afirmó que alguien con poderes mágicos o espirituales la había hecho bajar abruptamente, motivo por el cual se lastimó su ala.
Ella declaró ser como una bruja con la capacidad de convertirse en lechuza como los nahuales para poder hacer sus trabajos, no quiso decir a quien vino a ver, pero juró que si la soltaban ya no la volverían a ver por estos lugares.
Pidió perdón y como no había nada en su contra la dejaron en libertad, no sin antes traerle algo de ropa para cubrir su desnudes.
Todavía incrédulos los guardianes del orden que no creían en las brujas, fueron a las celdas y se quedaron perplejos con la belleza de la joven bruja a la que tuvieron que dejar en libertad porque no había infringido la ley, menos mal que no la pescamos en la época de la inquisición, sino estuviéramos haciendo una hoguera para quemarla, dijo en broma uno de ellos.
Esta historia es verídica y sucedió a finales del siglo XX y me fue contada por un comandante retirado de Tránsito de Monterrey.
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