En este Día de las Madres que se festeja el 10 de Mayo en Mexico, serán muchísimos los artículos referentes a ellas, esas hermosas mujeres que nos dieron la vida y de quienes tenemos dulces y amargas experiencias. Pero hoy en particular nos enfocamos a la función e influencia que tiene en la familia la presencia de la hermana mayor.
Alguna otra vez escribiremos algo sobre el papel de la hermana mayor como tal, pero hoy dedicamos este articulo a las hermanas mayores que por azares del destino se vieron en la necesidad de asumir el papel de madres de sus propios hermanos.
Son muchos los hogares en que encontramos a niñas entre 10 y 14 años haciéndose cargo de deberes domésticos que corresponderían a sus madres, las razones son múltiples y muy variadas, pero la principal es que la madre de familia debe salir a trabajar para sostener económicamente su hogar, ya sea porque es el único sustento de su familia o porque aporta junto a su marido o pareja los recursos que se necesitan para salir adelante.
Claro que hay otras razones tales como el que la madre haya fallecido o que haya abandonado a la familia, o simplemente que se trate de una madre desobligada que delega en la hija mayor las funciones que no se le antoja cumplir.
Nuevamente, sin desviarnos a las causas nos concentraremos en el resultado final: la niña-mamá.
A estas chiquitas las encontramos haciendo los quehaceres de la casa, responsabilizándose de sus hermanitos, dividiéndose entre sus tareas escolares y ayudando en las suyas a los mas pequeños, cocinando lo que a su tierna edad haya podido aprender a hacer, asegurándose que sus hermanos menores estén bien cuidados y protegidos y muchas veces, abandonando sus estudios para iniciarse en el campo laboral para colaborar en los gastos indispensables.
Son las hermanas mayores las que llegan a renunciar a una vida propia para dedicar todo su esfuerzo, su amor y dedicación a los niños que ella no trajo al mundo y que al pasar de los años habrán de seguir su propio camino algunas veces retribuyendo el sacrificio de su hermana y otras ignorando y dando por sentado que fuese su obligación.
No es la obligación de una niña abandonar sus muñecas y su jueguito de te para hacerse cargo de muñequitos de carne y hueso y ver pasar la vida a través de un delantal, no es justo que una pequeña deje de ser niña, no disfrute de su adolescencia y renuncie a sus sueños en pro de los sueños de sus hermanos, y sin embargo, sucede…
Y precisamente porque sucede y es una realidad que no se puede ocultar, es por lo que este articulo se escribe, porque las hoy mujeres que dejaron de ser niñas por amor a sus hermanos, merecen un homenaje especial este Día de las Madres, porque así como se dice que «padre no es el que engendra, sino el que cría» es un hecho que madre no es la que da a luz, sino la que ama y dedica su vida al bienestar de sus hermanos.
A esas niñas mamas que hoy son mujeres y a quienes hemos acudido para que nos compartan sus experiencias,
es que dedicamos estas letras con admiración y respeto, porque todas ellas nos han manifestado que no cambiarían absolutamente nada de lo vivido con sus hermanos, no hay en ellas un asomo de resentimiento o de arrepentimiento por haberse visto orilladas a asumir el rol materno.
Como verdaderas madres el amor a sus hermanos es incondicional y al pasar de los años ellas siguen ahí, al pendiente de ellos y ellos saben que siempre que acudan a su hermana mayor encontraran el apoyo moral, la orientación y el consejo que necesites.
A estas niñas mamá les deseamos especialmente un muy FELIZ DÍA DE LA MADRE