En tiempos como los actuales, ya no solo de crisis económica, violencia e inseguridad, ahora afrontamos otra situación diferente, la incertidumbre, en donde lo que dábamos por sentado que así era, ya no es, y el mundo como lo conocíamos o pensábamos que era, no es, o no sabemos cómo va a quedar después de la contingencia sanitaria y económica que hoy vivimos, sin embargo reflexiono…y definitivamente si todo lo que vivimos lo alumbramos a la luz de Dios, del Creador…empiezo a salir de mí, para entrar en contacto con mi esencia… así es. El primer impulso como seres humanos en esta dimensión, al menos la mayoría es pensar en nuestras necesidades propias…pero, cuando respiras, cierras los ojos y te conectas a tu morada interior, donde habita Dios, encuentras todo lo necesitas, paz, confianza, serenidad, amor….si amor a ti y al prójimo y empiezas agradecer lo mucho o poco que puedas tener, y al agradecer, la bondad que está en ti, empieza a florecer y a propagar su aroma a tu alrededor, es cuando comenzamos a mirar a nuestro alrededor y ver que hay personas que necesitan más que nosotros, y empezamos a extender los brazos para ayudarnos, acompañarnos y animarnos, así se van creando cadenas de amor, generosidad y empatía.
Y sin darnos cuenta creamos un campo energético de amor incondicional que nos fortalece como individuos y como grupo, elevando tu vibración y la del planeta.
Definitivamente el mundo no volverá hacer igual de cómo lo conocíamos, esta es nosotros hacer un mejor mundo a partir de la experiencia que hoy estamos viviendo, en donde podemos darnos cuenta que somos UNO, con DIOS.
Hoy reflexiona que, si puedes hacer por el otro, desde tu corazón, desde el amor incondicional de Dios.
Bendiciones.