Las aguas del Mar Mediterrraneo han sido testigos del surgimiento y caída de grandes civilizaciones como la Griega, la Fenicia, Egipcia, Romana, etcétera, y es este mismo mar el que conecta los litorales de tres continentes, sus aguas bañan las arenas de las Islas Griegas, cuna de la civilización de occidente, en Atenas se encuentra el Partenón, centro de culto dedicado a la Diosa Atenea y construido en la Acrópolis y el Ágora, es decir, la plaza pública en la que los ciudadanos manifestaban abierta y libremente sus opiniones y sus necesidades.
Es en Atenas en donde nacen valores universales como la filosofía, ciencia, arquitectura, arte, política, literatura, teatro, deporte, que se extendieron por todo el Mediterráneo.
Los jardines de la ahora Capital Griega brindaron la atmósfera perfecta para que los grandes maestros de la civilización occidental, tales como Sócrates, Platon, Aristoteles, Homero, transmitieran sus enseñanzas y conocimientos a jóvenes sedientos de absorber algo de la sabiduría de estos atemporales filósofos y poetas.
La instrucción en aquella época se difundía en forma oral y fue gracias a la práctica de algunas expresiones artísticas como la escultura y la pintura que llego a nuestros dias el conocimiento de la que hoy es considerada la cuna de la civilización.
Con la llegada de la escritura nacen impresiones literarias que publican los poemas atribuidos a Homero y que son narraciones épicas que incluyen la relación entre los Dioses del Olimpo y los mortales.
Es a través de la lectura de «La Ilíada» y «La Odisea» que nos relacionamos con relatos mitológicos como la Guerra de Troya y el fantástico recorrido que realiza Odiseo, Rey de Itaca a su Isla.
Tanto la guerra de Troya como la Odisea han sido inspiración de muchos artistas que han manifestado su amor por estas historias, pinturas, esculturas, obras de teatro, novelas y hasta películas se hermanan a la epopeya y retroalimentan nuestras fantasías.
Con la lectura de La Ilíada conocemos a Paris, a Helena, Aquiles, “vemos” el caballo de Troya, etcétera, pero es la Odisea la que nos lleva a recorrer muchas más aventuras y personajes.
Aunque la obra está enfocada a Odiseo, su esposa Penélope y su hijo Telemaco, participan en ella muchos más personajes fantásticos.
Odiseo (Ulises para los Romanos) deja en Itaca a su familia para unirse a las fuerzas militares que tratan de rescatar a Helena que fue secuestrada por Paris. Esta guerra duró diez años y el gran deseo del héroe es volver al lado de su familia.
En el camino de regreso llegan él y sus hombres a diferentes islas encontrándose con múltiples aventuras en las que varios de sus acompañantes pierden la vida, su primer aventura habla del encuentro con los Cíclopes (gigantes con un solo ojo en la frente) uno de los cuales encierra en una cueva a los aventureros e intenta devorar a cada uno de los invasores, Odiseo lo embriaga y estando dormido el gigante, lo ciega con una estaca, al día siguiente Odiseo y sus hombres lo engañan y huyen siendo en su soberbia imprudente al grado de burlarse del gigante, quien humillado se lamenta con Neptuno el Dios de los Mares, padre del Cíclope.
Enfurecido por el atrevimiento del Rey de Itaca, es Neptuno (Poseidón) quien castiga al héroe entorpeciendo su regreso a casa y enfrentándolo con peligrosas aventuras en las que su vida y la de sus hombres penden de un hilo.
Mientras tanto en la Isla de Itaca al haber transcurrido 10 años de ausencia se teme que Odiseo falleció en la Guerra de Troya y se planea que la viuda contraiga nupcias de nuevo, ella enamorada de su marido, sufre el acoso de múltiples pretendientes que han invadido la Isla, para darse tiempo les promete que tomara una decisión cuando termine de tejer una prenda para su padre lo que detiene a los demandantes hombres, Penelope se da a la tarea de tejer durante el día y destejer durante la noche.
Con el Dios Neptuno en su contra, Odiseo sufre las consecuencias de sus actos, es seducido por el canto de las sirenas al que logra resistir gracias a que sus hombres le ataron al mástil del barco, luego pierde a toda su tripulación ya que sus hombres desobedecieron al Dios Hélios, Dios del Sol y padre de la hechicera Circe quien ante la afrenta los convierte en cerdos con la anuencia del Dios Zeus.
Odiseo es secuestrado por Calipso y varios años después, gracias a la Diosa Atenea es liberado por Zeus.
Tras la serie de calamidades llega al fin a Itaca y encuentra que los pretendientes de Penélope han abusado de su hospitalidad y disfrazado de mendigo logra llegar al lado de su hijo y ambos matan a todos ellos lo que conlleva a un último reto, enfrentar a los padres de las víctimas. Una vez más la Diosa Atenea interviene y Zeus borra la memoria de los ofendidos padres siendo así el final de las aventuras de Odiseo y el reencuentro de este con su familia.
Muy buena crónica sobre los antiguos griegos
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