La consecuencia de vivir solo

Hace muchos años que decidí vivir solo y, realizar los fines de semana actividades deportivas, culturales, recreativas y debes en cuando una buena borrachera acompañada de música ranchera. Pero , este pasado fin de la semana, en día domingo acordándome de mi abuela Inés (Necho de cariño), me propuse realizar una de sus recetas culinarias de las que más me gustaban de niño, un mole de olla estilo mi pueblo; debo mencionarles, que ciertos guisos caracterizan a las y los lugareños que nos gusta la cocina de la región, como el pipían con carne de cerdo y chayotes; los frijoles molidos con xoconostle; los frijoles Ayocotes con mole, chicharrón, rellena y sus hierbas de olor…como muchos otros guisos.

Y, es que a pesar de la época de calor, sentir y disfrutar el sabor de esa receta nuevamente para consentirme, un mole de olla es una gran opción para comer.

No sé si Necho -ahora que tiene 97 años de edad-, en su momento cuando preparaba ese mole de olla tenía el conocimiento de que a la hora de disfrutar esa delicia -bien podría asociarse con un apapacho-, aporta muchos nutrientes.

Y, como no si lleva carne de res (muy importante), huesos de tuétano, cebolla, epazote, xoconostles, ajo, elotes, zanahorias, calabacitas italianas,  ejotes, chiles anchos, chiles pasilla, jitomate rojo y sal.

Después de conseguir todo lo anterior y con la emisión a flor de piel y, presto para empezar a cocinar… me imagino en una de las escenas de la película Cómo agua para chocolate, de la escritora Laura Esquivel…

Todo listo, en su punto de ebullición e hirviendo, para impregnar toda la casa de ese olor…que ha estás alturas del cocimiento ya debería percibir, pero no algo falta, no lo hay.

No desisto en el intento y sirvo en un buen plato hondo de barro, y aunque el vapor lo siento en la cara, no logro identificar su aroma, su sabor…

Aunque, lo acompañe con sus rabanitos picados y tortillas de maíz, algo no está bien no sabe cómo al mole de olla de Necho, no le encuentro el sazón por más limón que le pongo; total que ya casi para terminar de comer, al meter a mi boca el último pedazo de carne envuelto en la tortilla, me doy cuenta que no era carne de res, si no de puerco. ¡¡¡Que errorrrrr!!!

José  Antonio Cabello Nieto, vivo la vida al máximo. Me encanta todo tipo de música. Soy conservador y me gusta lo delicado y sencillo de la vida, las complicaciones me rompen la cabeza, aunque a veces tengo algo de masoquista.

Nunca he tenido una mascota propia, por falta de tiempo para su atención. Aunque, adoro el agua y todo organismo que en ella vive, menos a las aguavivas y los tiburones. También, el campo y su olor, la brisa fría y la tranquilidad que en el se respira.

Finalmente, no tengo nada que ocultar, por lo que me expongo tal y como soy ante ustedes.

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