¡Hay muchas cosas aquí! —Admirado decía Juan, cuando lo interrumpió Aleq para pedirle que se enfoque en la búsqueda, aunque después de empezar a “buscar” lo que necesitaban sin saber qué era.
Por cierto… ¿Qué buscamos? —preguntó Juan.
Una foto de mi abuelo —Respondió Aleq.
Comenzó la búsqueda y después de un rato encontró Juan una caja —quizá esté aquí— agregó.
Emocionados abrieron la caja pensando que su búsqueda había terminado, pero no fue así, lo que guardaba la caja era un muñeco.
No es nada, tápalo y sigamos en la búsqueda —decepcionado dijo Aleq.
Aunque Juan no hizo mucho caso pues le llamó la atención el muñeco, al estarlo observando encontró en uno de los bolsillos un papel escrito, leyéndolo en voz alta sin que nada pasara…
Poco tiempo pasó y ellos seguían en su búsqueda sin tener éxito cuando las luces comenzaron a fallar hasta apagarse; Juan se dirige al apagador para intentar prender la luz nuevamente sin tener éxito, el foco estaba roto, en ese momento se escucharon pasos —¿Juan eres tú?— Preguntó Aleq algo asustado.
N…n…no – Tartamudeo Juan al responder.
Los pasos se oían más cerca cada vez, mientras Aleq buscaba la entre sus cosas la vieja lámpara que usaron en el obscuro laberinto, ya en sus manos, alumbró con ella el misterioso lugar y también al muñeco que debería estar guardado en su caja.
¡Te dije que lo guardara! —Regañó Aleq a Juan.
Al intentar responder Juan que sí lo había guardado, el muñeco comenzó a caminar nuevamente en dirección a ellos, cada vez acelerando sus pequeños pasos. Buscaron la salida entre la obscura habitación y el miedo era complicado, cuando al fin lograron hallarla algo les tapó la salida, saltando el muñeco sobre el objeto.
¿Acaso buscan esto? —preguntó el muñeco mientras mostraba la foto que buscaban en sus manos.
Asustados y confundidos cruzaron miradas Aleq y Juan mientras preguntaron casi al mismo tiempo —¿Cómo se la vamos a quitar?.
Antes de que pudieran hacer algo el muñeco se abalanzó sobre Aleq, asustando aún más a Juan quien comenzó a correr sinsentido, mientras Aleq forcejeaba con el pequeño muñeco.
¡Ayúdame, distráelo, haz algo, deja de correr a lo loco! —Gritó Aleq.
Al reaccionar Juan, sus instintos pensaron, buscando el ángulo perfecto para darle una buena patada al muñeco, estrellándolo contra la pared.
¡Bien hecho! Espera, ¿Y la foto? —dijo Aleq mientras se reincorporaba.
En ese momento el muñeco se ponía de pie con una abolladura en su cabeza de plástico y sin un brazo a causa de la patada de Juan, pero sobre todo muy, muy enojado, tomo un pedazo de cristal del marco roto dela foto, ahora su objetivo era Juan y era el turno de Aleq de salvarlo, busco a su alrededor y sin pensarlo tomo el ave fénix y sin dudarlo carbonizó al muñeco antes de que le hiciera daño a Juan.
¡Gracias! —Dijo Juan, —No hay de qué, pero ahora busquemos la foto —Respondió Aleq.
Comenzaron a buscar entre las cenizas sin éxito, Juan logra verla justo al borde de la puerta por donde lo atacó.
¡La tengo! —Gritó emocionado Juan.
¡Perfecto! Ahora vamos a activar la máquina —emocionado dijo Aleq.
Corrieron a su habitación y se dispusieron a preparar todo para la activación del artefacto.
Espera, ¿No será peligroso activarla aquí?, no sabemos que vaya a suceder y podemos destruir tu recámara o la casa entera, mejor vayamos al patio —reflexionó Juan.
Emocionados porque ya activarían la máquina, salieron presurosos al patio de la casa, colocaron el artefacto y los tres activadores en el pasto, sin percatarse que alguien los observaba desde la ventana.
Aquí está el huevo de diamantes, la cosa de valor, mi examen con 2 de calificación, la cosa que más odio y por último, la cosa de valor sentimental, la foto de mi abuelito, —decía Aleq mientras ponía las cosas en orden…
¡Alto, arriba las manos! —Escucharon mientras buscaban que o quien era, sin saber que pasaba, buscaron con la mirada hasta que vieron una sombra salir de entre los arbustos, era Jason el Sheriff, —¡Gracias por juntar todas las cosas para mí! —dijo mientras se acercaba al asustado par.
¡Que mal para ti! —dijo Aleq mientras señalaba con la mirada la foto y el examen, estas no te servirán, son muy personales —Me refiero al huevo y a la máquina niñito —dijo el Sheriff, mientras los ataba y sacaba de su bolsillo una foto de la ciudad y desprendía su placa de Sheriff de la camisola, —Odio esta ciudad como a nada en el mundo y amo el poder que este trozo de metal me da —Dijo, mientras prendía una llama dentro del cristal que traía echando a andar la máquina, sin que nada anormal o normal pasara, cuando un luminoso rayo decolores cayó sobre el malvado sheriff.
Todos quedaron impactados ante la caída del rayo sin que le hiciera algún daño al policía, al contrario, lo hizo más fuerte, ágil, rápido, inteligente y muy poderoso; de repente más rayos comenzaron a caer, solo que no daban poder a nadie, parecían unas pequeñas bombas, causando caos y destrucción, un portal morado se formó en el cielo, succionando buzones, botes de basura, bicicletas y más cosas “pequeñas”.
¡Está pasando! —Grito lleno de emoción el sheriff— comenzará a crecer y tomar fuerza succionando todo en este mundo y en de este humano también a menos que me veneren como su dios, pues tengo el poder de hacerlo funcionar a mi placer y si no serán erradicados ja ja ja ja.
Eres un monstruo, jamás te veremos como un dios, estás loco —le dijo Aleq en tono entre asustado y enojado.
El sheriff solo tuvo que cerrar los ojos y pensar para que desaparecieran los dos jóvenes aventureros y aparecieran en una celda de la prisión de la ciudad.
Desconcertados solo miraban a su alrededor sin poder explicarse lo sucedido, a lo que Juan preguntó sin saber lo que estaba pasando —¿Ahora qué?—, a lo que Aleq solo alzó los hombros y movió la cabeza en señal de “no sé”.
Entre tanta confusión Aleq y Juan no se habían dado cuenta que no estaban solos en esa celda, junto a ellos estaban Fer, Alex y Jacob, los papás y hermano de Aleq.
¿Hijo que haces aquí y que es eso? —preguntó mientras señalaba a Juan.
Es un humano, vi unas fotos en una revista de tu papá —Comentó Fer, mientras tocaba de manera amigable a Juan.
Jacob sin entender bien que era, le pregunta directamente a Juan —¿Qué eres?, —a lo que Juan le contesto— un humano.
¿Y todos son igual de feos? —pregunto entre risas Jacob.
A lo que Juan algo molesto le contestó —No, ¿Y todos los dragones son así de tontos? —ambos comenzaron a discutir verbalmente hasta que Aleq se acercó aponer orden y separarlos— ¡Ya basta, tenemos que pensar cómo salir de aquí!.
Tengo un plan, hagan lo mismo —Dijo Aleq mientras golpeaba la reja, sin éxito.
Pero al mismo tiempo —agregó Juan, logrando desprenderla de un lado lo suficiente para poder salir de ahí—. ¿Ahora qué? —preguntó Jacob mientras buscaban la salida del edificio, pues nadie había entrado caminando a la celda.
Juan observa por la ventana, como el portal morado ahora lanzaba un rayo, ante su palidez todo se acercaron a él para verlo todos.
¡Tenemos que ir a detenerlo! —Dijo Aleq.
Pero no sabes en donde está —agregó Fer, sin saber que los dos jóvenes fueron testigos del comienzo de todo lo que estaban observando.
¡Rápido vamos no tenemos mucho tiempo! —Dijo Aleq mientras corría hacia la salida, ya casi estaban fuera cuando los guardias comenzaron a aparecer para tratar de detener a la familia y el humano.
¡Corran, yo me encargo! —Grito Alex, mientras peleaba con los guardias tratando de detenerlos, pero seguían apareciendo más y más, —¡Me quedaré a ayudar, ustedes vayan! —dijo Fer, mientras distraía a los policías para que los jóvenes huyeran.
La ahora tripleta de jóvenes llegó al patio de su casa, en el centro de la ciudad, donde todo estaba pasando, Jason, el sheriff malvado, al verlos gritó —los estaba esperando para acabar con ustedes —al momento que hacia una señal para que los demás policías, cómplices de él, fueran al ataque de los jóvenes sin tener éxito hasta que Jason con sus nuevos poderes elevó a Jacob sin que los demás pudieran hacer algo; el sheriff de repente salió volando por un golpe que Alex, quien llegó después de escapar del edificio de la policía, le había dado, logrando que Jacob cayera a lo que Fer y Juan fueron en su rescate, mientras Aleq se quedaba ayudando a su papá.
¿Estas bien? —pregunto Fer, a lo que Jacob asintió con la cabeza mientras se sobaba el golpe de la caída.
¿Y Aleq? —Pregunto Jacob aun sin reponerse del azotón; cuando vieron pasar volando a padre e hijo, cayendo cerca de ellos.
¡No me pueden detener! —gritaba Jason.
Jacob voló para intentar golpear al Sheriff sin éxito, ¡Una simple familia no podrá detenerme! —les dijo, mientras se burlaba de ellos.
¿Y un humano podrá? —gritó Juan mientras le lanzaba una roca sin causar el más mínimo daño en Jason, lo único que logró fue hacerlo enojar más y fuera blanco de los rayos que el sheriff lanzaba hasta que no pudo esquivarlos más y fue herido por uno, —¡Por tratar de ser el héroe morirás!
¡Héroe no, distracción! —contestó Juan mientras la familia de dragones golpeaba a Jason, quien con sus nuevos poderes logró derribarlos, tomo a Aleq por el cuello y lo levantó sin que nadie pudiera hacer nada, el herido Juan bien entre los escombros, un pequeño frasco que decía en su etiqueta, pócima de poder, sin dudarlo lo destapó y se tomó el líquido que contenía, armado de valor y sin saber si había hecho efecto dicha poción, pero decidido vencer al malvado sheriff, corrió hacia él y lo golpeo tan fuerte en la cara que salió volando, así que lo siguió a golpes mientras Aleq buscaba a su familia para ver que todos estuvieran bien.
Hay que apagar esa cosa, pero no sé cómo —dijo Alex aun adolorido.
Tenemos que sacar los tres objetosde la máquina, pero no veo exactamente en donde está —agregó.
Yo la vi sobre esa casa cuando nos aventó ese monstruo —dijo Fer señalando la casa del vecino —Pero no estamos en condiciones de volar al techo —agregó Aleq echó a correr mientras le decía a su familia y amigo —¡entonces corriendo! detrás de el corrió Jacob. —Ustedes ayuden a Juan —les dijo Aleq.
Jason estaba a punto de ser vencido, pero el efecto de la poción no duraba mucho y Juan quedó vulnerable frente a él, justo antes de recibir un gran golpe Fer salvó a Juan, mientras Alex logró que el sheriff soltara su extraña espada; al ver que Aleq y su hermano corrían estaban por llegar a la máquina, logró lanzar un rayo y partir la casa en dos, con las pocas fuerzas que les quedaban Aleq y Jacob lograron salir volando.
Toma la máquina —le dijo Aleq a su hermano Jacob no tuve éxito, cuando intentaban dar vuelta para intentarlo nuevamente Jason se abalanzó sobre el par de jóvenes.
¡Ahora sí, no hay nada que me impida acabar con ustedes! —dijo con sonrisa malvada Jason.
¡Te equivocas, aquí estoy yo! —Gritó Juan mientras se montaba en la espalda de Jason.
¡Adiós Aleq! —Dijo Juan mientras pateaba la mano de Jason para que soltara a su amigo y ser puesto a salvo por su mamá y su hermano.
¡¿Qué crees que haces?! —dijo Jason tratando de quitárselo de su espalda.
Lo que debí haber hecho desde el principio —Respondió Juan, mientras de entre su ropa sacaba la espada del sheriff y lo atravesaba con ella por la espalda, un débil rayo fue lanzado por Jason antes de que ambos cayeran al piso.
Aleq alcanzó a ver que algo había salido del portal y tomado a Juan.
¿Aleq? —pregunto débilmente Juan. No, pero veo que conoces a mi nieto —dijo Max el abuelo de Aleq y Jacob.
Juan aclaró la vista para ver que era el abuelo perdido de su amigo, mientras apagaban la máquina totalmente.
¡Abuelo! —corrió Aleq en su encuentro.
¡¿Aleq, qué grande estas?! —dijo el abuelo mientras abrazaba a su nieto.
¿Por qué sales hasta ahora? —Aleq preguntó.
Porque se necesita un sacrificio para que otro pueda salir de ahí , así que tu raro amigo me salvo —Dijo Max, señalando a Juan que yacía desmayado junto a ellos.
Al volver Juan en sí, ya estaba en el hospital.
¿Cómo estás! —pregunto Aleq al verlo reaccionar.
Creo que bien, no me duele nada —respondió Juan.
Vámonos a casa —dijo Aleq, mientras ayudaba a su amigo a incorporarse; al llegar a casa, los estaba esperando el abuelo Max, enseñándoles el cristal.
¿Y qué piensas hacer con eso? —preguntó algo asustado Alex.
Guardarlo muy bien para que no vuelva a caer en malas manos.
Y no podremos regresarte a tu mundo Juan, lo lamento —Dijo Fer algo apenada.
¿Por qué? —pregunto triste Juan.
Resulta que el portal es la única manera de salir de aquí y este cristal es el que lo activa.
Y no lo volveremos a activar por seguridad de los mundos. Concluyó Jacob.
Pero te puedes quedar aquí a vivir con nosotros ¿Qué te parece? —dijeron Fer y Alex.
Me parece… ¡PER-FEC-TO! —exclamo juan muy contento.
Ahora la nueva familia se unió en un abrazo, sin saber que alguien los estaba viendo.
Ese cristal será mío —murmuro Shely mientras los observaba a la distancia.
Continuará…