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¿En dónde podremos conseguir lo de valor? – preguntó Juan.

Eso es lo primero que vayamos a conseguir y no dice que sea caro para nosotros —dijo algo confundido Aleq.

¡Creo que ya se dónde! ¿tienen alguna clase de centro comercial, tiendas grandes o mercado? —Preguntó Juan con el fin de ayudar a conseguir el primer ingrediente.

¡Claro, en el centro comercial! Y están vendiendo una pieza única, un huevo de diamantes en 100,000 monedas —Dijo Aleq emocionado. Con eso bastará —aseguro Juan.

Aleq y Juan salieron discretamente rumbo al centro comercial, cuando llegaron se dirigieron hacia la joyería, al acercarse, vieron a 2 guardias en la puerta de la joyería, uno era un ángel y el otro un “ángel caído”, preocupados como entrarían, lograron ver que los guardias alados se movían de su lugar, era su cambio de turno, por lo que aprovecharon el momento, Aleq sacó de entre su ropa un huevo muy bien pintado y decorado como el original.

¿¡Qué, como hiciste eso?! —Preguntó asombrado Juan.

Con el cristal del reflejo, hay que hacerlo rápido porque el efecto dura poco — respondió Aleq mientras caminaba a la puerta.

Mientras caminaban a la puerta y gracias al cristal del reflejo, cambo su ropa por una elegante ante la cara de admiración de Juan.

Hola, ¿Qué se les ofrece señores? —preguntó un duende del otro lado del mostrador.

Disculpe me gustaría ver el huevo de diamantes —preguntaba Aleq mientras Juan con señas le decía que lo esperaba afuera, pero su verdadero plan era que se pondría en el lugar de los ángeles de la joyería y así poder cambiar los huevos.

El duende le muestra la costosa joya a Aleq, cuando Juan, ya de ángel hace un ruido desde afuera para distraer al duende y así pudiera cambiar rápidamente el huevo.

No me gusta, muchas gracias —Dice Aleq, dirigiéndose rápidamente a la salida, detrás de él Juan camina apresuradamente en lo que el huevo falso dentro de la joyería comienza a parpadear como si fuera un holograma fallando. No, que pasa, esperen —gritó desesperado el duende , mientras se alejaban rápidamente los pequeños ladronzuelos.

¡Que no se lleven mi joya! Les ordenó el duende a los guardias que llegaban a comenzar su turno…

Mientras Juan y Aleq salían corriendo muy asustados del centro comercial.

¡Atención a todos! Tenemos a dos fugitivos en el centro comercial, uno es un joven dragón y el otro… mmmm el otro… no sé qué es, pero tienen el famoso huevo diamantado de la joyería, decía por radio el guardia a los demás policías de la zona.

¿Cómo son tan rápidos? —decía Aleq mientras seguían corriendo y los guardias se acercaba más y más.

Vienen volando y nosotros corremos en algún momento nos alcanzarán —jadeaba Aleq mientras Juan corría buscando algo para salvarles, cuando miró en la espalda de Aleq unas alas, pues es un dragón.

Juan tienes alguna idea, no podre correr por más tiempo —grito Aleq al sentirse observado raramente por Juan.

¡Tus alas, tienes alas! Gritaba Juan entre cansado y enojado con Aleq.

No es muy buena idea, ¡Aun no sé volar! – argumentó Aleq.

¡Rápido! copia la bicicleta de mi playera , con ella escaparemos —dijo Juan.

¿La qué?, Aleq no conocía esos aparatos, ¡No importa, solo hazlo rápido! —dijo Juan.

No no, salta a mi espada rápido —Le dijo Aleq a Juan, mientras le hacía señas para montar su espalda.

De un salto sube Juan al su espalda e intenta tomar vuelo Aleq, saltando por una ventana pero su inexperiencia y el peso los hace caer desde el tercer piso.

¡Te dije que no era buena idea! —dijo Aleq mientras caían. Es buen momento para que aprendas a volar, ¡RÁ-PI-DOOOO O VAMOS A MORIR!

Antes de llegar al piso logra controlar sus alar y comienza a volar un tanto descontrolado.

Asombrados los guardias al no verlos corriendo se comunican por radio con su superior para decirle que los habían perdido. Pero los pequeños maleantes no sabían lo que habían planeado los guardias…

Al llegar al lugar el supervisor de los guardias, era Jason el Sherif, quien al escuchar que los jóvenes habían saltado desde el tercer piso, enojado les gritó: ¡EN DONDE ESTÁN LOS CUERPOS! No les creo nada, hasta que no vea los cuerpos de esos dos les creeré.

¡Es verdad nosotros los vimos saltar! -Dijo uno de los ángeles guardias muy sorprendido…

Mientras tanto Juan y Aleq habían llegado a casa, donde entraron muy discretamente, Uff ¡Estuvo cerca! —le decía Aleq a Juan cuando este le preguntó qué más necesitaban para echar a andar la máquina.

Una cosa que odio y esa sé perfectamente dónde conseguirla —afirmó Aleq.

Juan y Aleq e escabullen en el cuarto de la mamá de Aleq, mientras susurra Juan preguntando el motivo de tanto misterio para entrar a la habitación, donde había un gran armario antiguo, Aleq se acerca a él para buscar algo ante la cara de duda de Juan —¿Qué hacemos aquí, qué buscas con tantas ganas? —exclamó entre duda e incertidumbre.

La cosa que odio, pero rayos, no está aquí, mmmm creo saber en donde está —dijo Aleq.

Ambos comenzaron a mover el viejo armario para encontrar una rara reja detrás de él, inmediatamente Aleq comenzó a golpear la reja para poder romperla o moverla.

¿¡Me puedes decir que buscamos!? —preguntó Juan intrigado y algo molesto por tanto secreto.

Ok ok, te lo diré, lo que buscamos está aquí adentro…

¿Esta no es una ventilación cualquiera verdad? —cuestiono confundido Juan.

Aleq se estira dentro del agujero y después de mover la mano entre el polvo buscando a ciegas, logra sacar un rollo de papel envejecido.

Toma esto, es un mapa, tendrás que entrar, no es una ventilación cualquiera, ya adentro encontraras un laberinto, toma este radio para que te guíe —Le dijo a Juan.

Al final encontraras un par de hojas, de papel, las tomas pero ¡no las leas! —Indicó Aleq.

¡Un par de hojas!, ¿Solo un par de hojas es lo que odias Aleq? —preguntó extrañado Juan.

No son solo un par de hojas, son un par de exámenes reprobados, hace tiempo intenté cambiar la calificación de esos exámenes y mi mamá me cachó y bueno después de vivir castigado por muuuucho tiempo decidí esconderlos ahí adentro —Platicó Aleq la triste historia.

Con un gesto de solidaridad Juan asentó con la cabeza, mientras Aleq buscaba una cuerda para amarrarlo de la cintura.

¡¿Ahora qué?! —pregunto asombrado y con algo de miedo Juan.

La cosa no será tan fácil, ahí adentro vive un gusano, decía Aleq mientras lanza un pedazo de pan hacia el fondo del túnel, cuando se escucha un rugido, dejando a Juan con unas grandes ojos y cara de miedo, tratando de recordad cuando fue la última vez que estuvo en contacto con cosas y seres raramente peligrosos.

Tranquilo, todo estará bien —trato de tranquilizarlo Aleq.

Ahora que ya puedes entrar asegúrate de tomar solo uno, le daba indicaciones a Juan.

Entró lentamente y temeroso pues sabía que en cualquier momento le podía salir la cosa esa, además de estar muy obscuro y la linterna que Aleq le dio casi no iluminaba, ́había avanzado un poco y la luz natural era cada vez menos escuchó un ruido, asustado trató de iluminar lo que era y vio un gato, ¿Qué hace un gato aquí? —preguntó Juan.

¡No no, corre es solo una ilusión! —Indicó Aleq.

Al escucharlo Juan, sacudió su cabeza para intentar enfocarse nuevamente en su realidad, siguió avanzando, pero no mucho, cuando entre las sombras y la linterna vieja, vio lo que parecía un gusano enorme, sin ojos, con una extraña mandíbula con unos filosos dientes. Juan quedó paralizado, con la boca abierta, aunque por muy poco tiempo, pues logró reaccionar y correr.

Recuerda que es un laberinto —gritó Aleq.

¿Entonces hacia donde me voy? —cuestionó Juan, también preguntó porque no lo había acompañado, recibiendo como respuesta, por el tamaño del lugar, es muy pequeño, mientras pensaba iba avanzando hasta llegar a un camino sin salida.

No hay salida —gritó Juan para ver si recibía indicaciones.

Aleq: ¡Izquierda, rápido!

Juan Ha seguido caminando mientras era guiado por su pequeño cómplice, aunque esta tranquilidad no le duró mucho, pues el gusano incrementó su velocidad al andar.

Oye, el gusano es cada vez más rápido, ¿Qué hago? —Angustiado preguntó Juan.

¡Qué bien! Significa que ya casi llegas —respondió emocionado.

¿Cómo sabré, cuando llegue, como sabre que es el lugar? – gritaba Juan cada vez más lejos.

Verás una luz, esta si será brillante, —agregó Aleq.

No había pasado mucho tiempo cuando a lo lejos juan vio un pequeño destello que conforme avanzaba se hacía más grande, aunque también el gusano le seguía muy de cerca, justo cuando este bicho con esteroides se disponía a darle un buen mordisco Juan dio un pequeño salo y una puerta se cerró detrás, estrellándose el gusano en ella. – creo que ya llegué – grito Juan después de recuperar el aliento ante lo pasado.

¿Lo ves? —Preguntó Aleq.

¿Cómo es, de que materia? —Dijo Juan buscando una mejor pista.

Es un examen de matemáticas con… con un dos – Dijo Aleq algo apenado y enojado a la vez. Juan tomó el examen, mientras lo revisaba aquella rara cueva comenzó a crujir y derrumbarse, aun con el susto del gusano y ahora por el derrumbe, comenzó a correr por los confusos pasillos del laberinto logrando salir ileso, pero ahora había salido por un estrecho cajo de la cocina.

Listo, ¿Qué falta? —preguntó Juan mientras le entregaba el examen a Aleq.

Una cosa de valor sentimental y esa está aquí en la casa, ¡Rápido antes de que lleguen mis papás! —Apresuró a Juan, dirigiéndose rápidamente al ático de la casa; ya en el Juan observó que era un lugar muy amplio y para el parecía museo pues había muchas cosas nunca vistas, un ave fénix, un fantasma y una puerta que cada vez que la abría lo llevaba a un lugar diferente.

¡Hay muchas cosas aquí! —admirado decía Juan, cuando lo interrumpió Aleq para pedirle que se enfoque en la búsqueda, aunque después de empezar a “buscar” lo que necesitaban sin saber que era.

Criaturas Míticas de México
Aprendiendo a volar!!!

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