La ciudad mítica, capítulo 2

Juan se encaminó a su refugio, pero  al acercarse vio varias luces al mismo tiempo escuchó a Jason gritar – Sal de ahí, ¡te tenemos rodeado!- Juan salto de la impresión y sin pensarlo dos veces se puso su capucha y echo a correr, detrás de él la policía que había ido en su búsqueda, en su intento de escabullirse unos perros fantasma lo estaban rastreando.

-¿Qué hago? ¡No los consigo perder! -, pensaba Juan mientras huía de sus seguidores; después de tanto correr juan llegó a un nuevo vecindario para él, buscando un lugar seguro para esconderse, vio que se le terminaba el camino, siguió buscando y encontró una casa con la ventana abierta, – Es mi oportunidad – Pensó mientras seguía corriendo acercándose a la casa.

Con ayuda de un bote de basura logró colarse a la casa, ya adentro se dio cuenta que era una casa aparentemente normal, bueno por dentro, porque por fuera era un champiñón.

Había logrado su objetivo, los policías no lograron ver hacia donde se fue, creyendo que había saltado el muro,

¡Rápido, vayan y encuéntrenlo! – ordeno gritando el Sheriff Jason.

Dejando un rato de lado la historia y la persecución de Juan, hay otra historia que contar…

La historia de Alex, un joven dragón que estaba a punto de entrar a la preparatoria, quien vivía con su hermano mayor, Sam, bueno solamente un año mayor, también vivía con su mamá Fer y su papá, Aleq, todos ellos estaban en el mismo vecindario donde se escondió Juan.

Entre tanto la noche ya había caído y toda la familia de dragones estaba dormida en casa, la misma casa donde Juan se refugió de la policía.

Fer: – solo nos están haciendo unas cuantas preguntas.

– Sobre un ladrón que buscan irrumpió Alex, Fer invitó a su esposo Aleq a pasar a la casa y descansar, se recostó en su cama dispuesto a dormir, pero escuchó ruidos debajo de su cama, – Ya duérmete monstruo de la cama… Asustado Juan susurró – ¡Monstro que! Volteando como pudo, por el estrecho espacio debajo de la cama, vio 4 ojos rojos, pensando una forma de distraerlos, tanto al monstruo como a Aleq, – ¡Ya sé!- pensó y lanzó un calcetín muuuy oloroso, como ruffles de verdes, por la ventana, aprovechando la distracción, salió rápidamente para ocultarse tembloroso en el armario, – Aun con miedo y tembloroso intento dormir en el obscuro armario para escapar por la mañana. – preguntó molesto Aleq, solo recibió un – Grrr grrrr – por respuesta, – Debes estar cansado, ya duérmete, ¡Un humano! Que buen chiste.

Juan se quedó dormido como pudo, pues el armario no es la mejor cama que digamos, al amanecer, ya era sábado, la familia se levantó temprano para ir al campo, juan, con dolor de espalda, salió del armario, después de esperar en silencio, – Es mi oportunidad, buscaré otro escondite sin monstruos—pensó, buscando por la casa

Llegó al baño, – un buen regaderazo no me caerá mal– dijo; al acercarse al baño de apariencia    normal, ¡le salieron dientes y un ojo! – ¡No, definitivamente un baño no es la opción!…

Ya en la cocina y al abrir la puerta del refrigerador, se dio cuenta que había muchas cosas raras, alas de dragón, gomitas de humanos, entre otras, juan confundido pensó “ahora sé cómo se sienten los animales al ver sus galletas”, asombrado continuó recorriendo la extraña casa, encontrando una televisión, al tomar asiento la Tv se encendió sola cambiando al canal favorito de Juan, después del susto vio la parte de atrás del televisor y supo que esta se comunicaba   telepáticamente, a través de un raro artefacto, nuevamente se acomodó en el sofá, donde pasó todo el día viendo la Tv hasta quedarse dormido, un ruido lo despertó ya siendo de noche, la familia llegaba a casa después de un día de compras, rápidamente corrió a esconderse debajo de la cama de los papás; al entrar todos a casa se percataron que había cosas extrañas…

¡Falta comida en el refri! – dijo Axel.

¡La tele está en un canal extraño! -continuó Fer. Juan estaba atento, desde su escondite a lo que decían, cuando nuevamente escuchó un conocido gruñido, aunque esta vez mucho más agresivo.

Aaaaahhhhhh!!! Gritaba Juan mientras trataba de salir rápidamente, pero el monstruo le agarró un pie lastimándolo, al escuchar esto Aleq subió las escaleras, ¡Buenas noches! – Se despidió de su familia, a lo que todos contestaron igual sin haber escuchado nada…

Al entrar Aleq a la habitación vio a Juan aun intentando liberar su pie de la mano bajo la cama, al fin logra soltarse al momento que gritan ambos al verse en esa habitación.

¡Que eres… e… eres un humano! ¡Y tú, tu… eres un dragón! Gritaron ambos al asustados y paralizados del susto, Aleq al reaccionar intento tomar lo primero que tenía a la mano para defenderse, una raqueta.

¡Espera! No he venido a hacerles daño, solo quise encontrar la ciudad y terminé aquí y ahora quiero salir.

¿Y qué haces aquí? Pregunto Aleq aun asustado-Ya te lo dije – respondió Juan.

No no, ¿Qué haces aquí en mi casa?

Cuestionó ya más tranquilo Aleq.

Porque la policía me persigue y no sé porque – dijo Juan mientras se tomaba su adolorido y lastimado pie. Déjame adivinar, el monstruo debajo de mi cama te hizo eso

pregunto Aleq al ver su maltratado pie, no eres el primero al que le hace eso, continuó.

Ah    ok    y    ¿porque    lo    tienes?

extrañado pregunto Juan. No es de que quiera tenerlo o no, venía con la cama, pero espera, ¿tú eres que ha estado robando comida y usando la televisión?- decía Aleq.

He estado viendo tu casa, comentaba Juan mientras se quejaba por su pie.

¿Estas bien? Preguntaba Aleq mientras caía desmayado Juan a causa del dolor y el veneno que tenía en su pie.

Al volver en sí, se da cuenta que está en la habitación de Aleq cuando este entraba con algo de alimento para Juan – No te preocupes no hay nadie que te vea – Le comento Aleq relajándolo.

-Todos salieron – Comenta Aleq, mientras juan intrigado preguntaba el por- que de la ayuda hacia él. – Porque te quiero investigar – respondió Aleq con un tono de intriga.

Quiero saber todo de ti, ¿De dónde vienes?. Cuestionó Aleq. Vengo debajo, mmmm o bueno de arriba del mundo, no lo sé bien – responde Juan mientras Aleq veía una investigación que tenía, Juan intrigado y más en confianza pregunta que eran esos papeles que miraba Aleq, -Nada que te importe – respondió.

Pasó el tiempo mientras Aleq y Juan platicaron largo y tendido conociéndose…

¿Y fue así como llegaste hasta aquí? cuestionó Aleq – ¿y tu familia? Preguntó también.

No tengo – le respondió Aleq: ¿Bueno, tu casa? Juan: Tampoco tengo Aleq: Lo siento

Juan: Está bien no fue tu intención.

Aleq se dio cuenta que Juan no dejaba de ver insistentemente las hojas de la investigación, – ¿Será que puedo ayudarte con eso? – Le cuestionó Juan mientras señalaba los papeles.

-Está bien, te contaré la historia – afirmó Aleq, con cara de extrañeza Juan preguntó ¿de qué?.

De que yo… – Comenzaba la historia, cuando un ruido le interrumpió…

¡Ya llegamos! – Era Fer que gritaba

desde la puerta de la casa.

¡Rápido, escóndete porque te están buscando! – ordenó rápidamente a Juan mientras sacaba un cartel de “se busca”.

¿Nos viste afuera de la casa, no? Pues la policía te busca – le decía a Juan mientras el solo contestaba con la cabeza su cuestionamiento.

Juan sin saber nada de lo sucedido preguntaba porque lo buscaban a lo que Aleq afirmó – es lo mismo que yo me preguntó.

Escóndete rapidito debajo de la cama… esta vez no te pasará nada, confía

–Ordenó a Juan que solo tenía cara de asustado sin poder responder más que con la cabeza, haciéndole caso, juan se metió debajo de la cama con mucho miedo, mientras Aleq apagaba la luz de la habitación al escuchar que Fer se acercaba, haciéndose el dormido para que ella se regresara por donde vino.