El día de ayer dio fin a sus actividades profesionales el cantante español José Luis Perales. Con voz melancólica, el rostro cubierto de huellas creadas a lo largo de toda una vida dedicada a la música y un corazón rebosante, el cantautor se despidió como los grandes, ante su público que lo ovacionó y agradeció tantas melodías que hicieron recorrer mundo e idiomas.
» Me llamas» » un velero llamado libertad» «y cómo es él» fueron algunas de sus interpretaciones que ayer llegaron a su fin en la voz de este prodigioso ser humano.
En lo particular, una de las melodías que me deja una huella imborrable es la de «que Canten los niños» una canción que nos hace detenernos unos minutos y reflexionar qué clase de mundo le estamos heredando a nuestros hijos.
Así mismo, la canción «me llamas» fue una de las primeras que aprendí, ya que con ella, un servidor aprendía las primeras tablaturas en la guitarra.
Hoy, José Luis Perales no seguirá diciendo que «le llamaban loca» ni preguntará » qué pasará mañana cuando te hayas ido» el seguirá su senda, al fin y al cabo ya escribió lo mejor de su vida en canciones y acciones.
Estoy seguro que esta noche, bajo la luz de la luna, ya no sentirá «Celos de su guitarra»
Y buscará en el firmamento el rostro de quién gobierna en los cielos y sabrá entonces » y cómo es él».
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