Herencia Solar
Pude ver a aquella ave que se desprendía en vuelo, de un árbol consumido por el sol.
Estas primeras horas nos enseñan una nueva realidad. Comienza el incendio del planeta Tierra, próximos a convertirnos en lo que siempre hemos deseado: el centro de un universo regido por un furor incandescente. El viejo sol ha decidido heredar su fuego a nuestro hogar.
No existe idea humana que pueda imponerse al verdadero gobierno de una estrella en fuego. Los gobernantes que creían ser chispas se apagaron.
Desesperados, corrimos a los bosques, a los cerros secos, en buscá de baldíos; algunos, en sus patios, comenzaron a plantar árboles.
Lanzamos a nuestra tierra árida las pocas semillas y los últimos litros de agua, soñando, esperando la libertad que podría darnos la sombra.
Anteriormente, la sombra era llamada oscuridad; la oscuridad era repelida por la humanidad, y todos quisimos llenar nuestros hogares de luces, pequeños soles artificiales, para hacer a un lado aquella sombra que hoy ya no existe. Intentamos crearla para dar un poco de frescura a estos cuerpos que se queman mientras caminan.
Odiamos pudrirnos bajo el fuego y amamos incendiar todo. Nuestros hogares estaban repletos de fogatas: quemamos animales, quemamos personas, incendiamos pastizales, explotamos bosques y ciudades, quemamos familias, gasolinizamos transportes, detonamos los cohetes que intentan alcanzar el escape de este planeta cenizo.
Queremos irnos de aquí impulsados por el fuego, pero el fuego nos sumerge a donde debemos permanecer.
Somos la ceniza del próximo sol.
Paternidad Literaria
TrodosMercado
(Escucha el relato en tiktok)
(Te invito a escuchar el audio libro Gusanos en el Ojo en Spotify)