Hereditary, para empezar, Ari Aster sorprendió al género del terror con su propuesta de las sectas diabólicas, por no decir satánicas, ya que el demonio Paimon es mencionado en varios grimorios del siglo XVII.
Con una actuación más que espectacular de Toni Collette, digna de un Oscar, que sigo sin entender cómo no fue nominada. Cuenta la historia de una madre de familia que se descubre víctima de un culto, liderado por su difunta madre.
Con una cinematografía más que excelente, Aster cuenta la historia de una manera que, la verdad, logra generar ese miedo interno que creo todos tenemos a nuestro vecino o personas cercanas a nuestro entorno.
A pesar de que en la historia muestran a Peter (Alex Wolf) como la principal víctima, en realidad es el padre de éste al ser un personaje ajeno al legado de la familia de Annie.
La atención de los detalles de Aster tiene un nivel de perfeccionismo muy poco visto en directores que apenas empiezan.
La narrativa está supeditada al guion, su puesta en escena llena de planos medios que hace que el lugar en el que se mueven los personajes se vuelva uno más.
Su voyerismo pasando de habitación en habitación, dándonos a entender que estamos dentro de la casa de miniaturas que se muestra desde el principio de la película.
Los símbolos mostrados en «Hereditary», además de alejarse del cliché de los pentagramas y cruces invertidas, muestran un gran trabajo de investigación por parte del también guionista Aster. Muestra un drama familiar donde lo sobrenatural es subcutáneo, que es capaz de guardar sus cartas hasta el momento indicado.