Hoy por hoy la tecnología nos brinda miles de herramientas para aumentar la productividad y poder avanzar al ritmo que este mundo actual nos exige. Mientras estamos camino al trabajo, podemos ir agendando citas y organizando lo necesario para que a nuestra llegada todo esté dispuesto para eficientar el tiempo, tanto el nuestro como el de los demás, y todo eso podemos prepararlo desde la pantalla de nuestro teléfono celular.
De la misma manera, podemos resolver preguntas, entablar conversaciones y hasta enviar algunos saludos cariñosos a algún amigo o familiar, todo prácticamente en un mismo lapso de tiempo, desde la computadora o el celular, el cual, por cierto, aunque es un teléfono, cada vez lo usamos menos para hablar.
Antes teníamos que ir a una biblioteca o hemeroteca para hacer una investigación del colegio o para nuestra vida profesional, por lo menos acudíamos al librero de la casa de los abuelos en donde seguramente encontraríamos la información entre las páginas de alguna de las enciclopedias que ellos habrían adquirido en abonos a algún vendedor de esos que iban puerta a puerta con entusiasmo y esperanza de terminar el día levantando aunque fuera una compra de esos libros llenos de sabiduría y verdad.
LA VIDA HA CAMBIADO
Actualmente casi nadie visita una biblioteca, hay jóvenes que jamás han puesto un pie en alguna. Se ha perdido ese espacio y es triste ver los lugares en donde antes nos alimentábamos de su sabiduría, totalmente abandonados, vandalizados… y al verlos me pregunto ¿Qué habrá sido del buen Panchito? Aquel hombre delgado y siempre escondido tras un libro, realizaba con gran amor su trabajo de bibliotecario.
Cuando queremos investigar algo, aunque sea sólo por curiosidad, le preguntamos a algún asistente virtual y ahora, cada vez más ágil y sorprendente, nos apoyamos con las aplicaciones de la Inteligencia Artificial.
Y sí, eso me parece correcto, siempre y cuando sepamos evitar que el uso de la tecnología, no nos enfríe el alma robotizando nuestros sentimientos al grado de que cuando hagamos algo, lo que sea, no se puedan reconocer nuestros sentimientos.
CUIDA TU ALMA
Cuando escribas un texto, apoyate en la tecnología para investigar, pero escríbelo con tus propias palabras, no intentes ser tan perfecto (que no lo es) como la Inteligencia Artificial porque corres el riesgo de perder la esencia de tu verdadera personalidad.
Así como es muy práctico y economizador de tiempo comprar una sopa de esas que sólo tienes que agregarle agua y meterla al microondas tres minutos, nunca podrá igualar el sabor de la sopa que te preparaba mamá, quien hacía magia al freír el jitomate con el ajo y poniéndole el punto perfecto de sal.
Si tienes lavadora y secadora, puedes duplicar tu tiempo haciendo muchas otras tareas mientras las máquinas se encargan de tu ropa de tal manera que ya ni siquiera es necesario planchar… pero nunca tendrán ese aroma que queda impregnado de el amor que imprimió quien lo hizo a mano.
QUE LA TECNOLOGÍA SEA TU HERRAMIENTA PERO NUNCA, NUNCA, NUNCA, LE PERMITAS SER TU DUEÑA.