Muchas veces los deseos o propósitos se quedan en sólo deseos acumulados en el cajón de lo que nos hubiera gustado ser, hacer o tener. Pasan los días, las semanas, los meses y los años, y así puede pasarse la vida y tristemente un día dices «me hubiera gustado haber logrado…»
¿Qué te detuvo? ¿Qué te hizo falta? ¿Qué fue eso tan poderoso que detuvo tu proyecto? En ocasiones ni siquiera comenzamos a trabajar el plan porque le damos mucha fuerza a los inconvenientes. De hecho, es muy fácil postergar o renunciar a nuestros sueños, porque no hacemos el plan pensando que lo que deseamos es inalcanzable.
Si crees que puedes lograr tus sueños, tienes razón ¡Sí puedes! De igual manera, si crees que no puedes, también tienes razón. La decisión es tuya. ¿Qué tan real es tu deseo? ¿Qué tan comprometido estás contigo mismo? ¿Qué tan dispuesto estás a pagar el precio de tu éxito?
Invierte el orden de las ideas y haz que suceda.
Cambiar algunas ideas o creencias puede ser el principio de tu cambio de vida. Cambia los «NO PUEDO» por los «TENGO QUE”, convirtiendo tus excusas en motivos para lograr ser, hacer o tener lo que deseas.
Observa este ejemplo y ve el impacto que podría tener en tu manera de abordar la situación:
Si tu pensamiento es de «No puedo comenzar mi negocio porque no tengo dinero» debes cambiarlo por «Porque no tengo dinero, tengo que comenzar mi negocio».
Haciendo este pequeño cambio, estás transformando el motivo que te paraliza en un motivo que te impulsa a actuar.
Hazte la pregunta correcta.
Cuando estás decidido a lograr tus objetivos, y aparecen los pensamientos bloqueadores, que te hacen ver los obstáculos que te impedirán tener éxito, enfócate en las soluciones y posibles maneras para superar esos obstáculos.
Si te falta dinero, tiempo, conocimientos o cualquier otra cosa que te haga falta, pregúntate: ¿Cómo puedo obtener más…? ¿De que manera puedo conseguirlo? ¿Qué puedo hacer hoy para avanzar en mi proyecto? Y bajo ninguna circunstancia aceptes respuestas negativas, vacías ni paralizantes. Comprométete a crear el hábito de avanzar todos los días. Haz que suceda. Planea tu trabajo y trabaja tu plan. Haz que cada día valga.